MI CAMINO

lunes, 14 de febrero de 2011

CAPITULO 3

SEGUNDO ENCUENTRO CON BOOZ

En el capítulo dos vimos a Rut representando al cristiano que aún está bajo la ley. Es el cristiano que trabaja y se esfuerza en su intento de tener fruto, fruto espiritual para mantener su vida. Rut trabaja de sol a sol para “obtener” este fruto. No quiero decir que el estar bajo la ley es algo que está mal. No, todo lo contrario, es una faceta de la vida espiritual necesaria hasta el tiempo señalado por Dios. Pablo explica esto claramente en Ga. 3:19-27. Pablo dice que hay un momento en que el cristiano está confinado y encerrado bajo la ley, esto es, la ley es como un centinela que nos guarda hasta que llega la fe. Luego en el verso 24 dice que la ley es nuestro ayo para llevarnos a Cristo. El ayo era un esclavo en la familia cuya tarea era llevar al niño al colegio y traerlo de vuelta a casa protegiéndole y cuidándole. Una vez el niño es adulto ya no necesita del cuidado del ayo. Mientras tanto era necesario que por orden del Padre el niño se sujetara y siguiera la dirección del ayo.
Necesitamos la dirección del ayo para llevarnos a la unión con Cristo. Una vez llegamos a esta unión, a esta madurez espiritual, ya no tenemos necesidad de ayo.

Algunos cristianos que no entienden esta importante labor de la ley caen en el error del libertinaje y el descuido espiritual. Pablo también advierte de esto en Ga. 5:13. “Porque vosotros, hermanos a libertad fuisteis llamados, solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”


En este capítulo he de resaltar el carácter de Rut siempre humilde, sumisa y obediente a su suegra Noemí. Es precisamente por esta actitud que llega a la unión con Booz. En este capítulo veremos de la manera que Noemí dirige y aconseja a Rut para que sea posible esta unión. Esto es veremos como la Ley nos lleva a Cristo

HARÉ TODO LO QUE TU ME MANDES
Esta frase de Rut me llama la atención. Noemí instruye a Rut paso a paso todo lo que tiene que hacer para pedirle a Booz que la redima y se case con ella. La ordena que se lave, unja y se vista sus vestidos. Le dice donde encontrar a Booz. Le instruye en el momento en que ha de acercarse a él y como tiene que acercarse. Le da las palabras que tiene que decirle a Booz. Todo esto es un cuadro precioso, lleno de instrucción y de detalles en la manera en que la Ley nos lleva a Cristo, de cómo debemos tomar la Palabra de Dios que es la que nos lleva y revela a Cristo. Por así decirlo, la palabra nos lleva a la Palabra. El Señor Jesús reprendió a los escribas y Fariseos porque ellos venían a las Escrituras buscando “vida eterna” pero no sabían que la vida eterna no es una cosa, sino una Persona (Jn. 5:39,40). “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. Las Escrituras nos declaran a Cristo con el fin de que vengamos a Él. Salvación es una relación y comunión con una persona. No es una cosa que Dios nos da. No es un grado que recibimos. No es un estado en el que entramos. Salvación, santidad, justicia, dones, virtud, etc. Todo esto es esencia inseparable de Dios y solo lo podemos recibir cuando recibimos a Dios en Cristo. Así lo declara Juan: 1Jn. 5:11,12éste es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”
Es muy diferente la relación que tenemos con las cosas y con las personas. El problema de muchos cristianos es que han recibido la salvación como una cosa que Dios le ha dado y esa cosa les llevará al cielo cuando mueran. Cuando sepan que la salvación que Dios les ha dado es una Persona en su interior que puede ser contristada, que puede ser ofendida, glorificada. Que escucha, que habla, que ve y comparte todos nuestros momentos. En ese día que comprendan esto, sus vidas serán tremendamente enriquecidas.

Rut siguió al pie de la letra lo que Noemí dijo y hay dos detalles que los considero de mucha importancia y que nos pueden ser de ayuda espiritual.

no te darás a conocer al varón hasta que haya acabado de comer y beber”
Y más adelante en el versículo 7 dice; “…y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir” Es casi imposible leer este texto en conexión con nuestra redención y no pensar que se está refiriendo a la “obra consumada de la cruz” El texto paralelo que me viene a la mente se encuentra en (Heb. 1:3)el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo hecho la expiación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”
Este y muchos otros textos en el Nuevo testamento nos hablan de la obra terminada de la cruz y de la posición exaltada de Cristo a la diestra de Dios.

¿Pero que ayuda practica tiene esto para nosotros? Mucha y en gran manera. Rut se presenta ante Booz clamando su redención cuando Booz ha terminado su obra y está en descanso. Al igual nosotros solo podemos venir y rendirnos a Cristo con respecto a nuestra santificación cuando entendemos finalmente que al igual que nuestra justificación, también nuestra santificación es una obra terminada y consumada por Cristo. Nada podemos añadir, nada podemos hacer, solo recibirlo.
Venir a los pies de una persona es un acto de rendición absoluta. Cuando éramos pecadores vinimos a los pies de Cristo porque entendimos que nuestra deuda apara con Dios era demasiado grande y no la podíamos pagar. Nos rendimos a Sus pies para que El la pagara y nos redimiera de nuestra deuda. Comenzamos nuestro andar cristiano creyendo que ahora podíamos vivir una vida libre de pecado. Pero pronto nos dimos cuenta que aunque nuestra deuda estaba pagada no podíamos evitar en meternos en más y más deuda. Nos dimos cuenta que éramos esclavos del pecado, que estábamos vendidos al pecado (Ro. 7) Luchamos contra ese pecado que estaba incrustado en nuestra carne con todos los medios a nuestro alcance, con ayunos, oraciones, nuevas determinaciones, etc. Todo esto sin resultados permanentes.

Pero un día glorioso vino a nosotros la instrucción de la Ley nuevamente para llevarnos a Cristo con respecto a nuestra santificación y nos dice que la santidad no es asunto nuestro sino de Cristo. Que Él ya ha provisto para nuestra santificación y glorificación. Pablo dice; (1Co. 6:11)Y esto erais algunos de vosotros; mas ya sois lavados, ya sois santificados, ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”.
Cristo en la cruz paga nuestra deuda y Cristo en el trono y por su Espíritu nos mantiene fuera de deuda. Por eso Pablo nos dice; (Col. 2:6)Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”
El comienzo de nuestro andar cristianos es exactamente igual que nuestro final y así por la eternidad; total sumisión y dependencia en El. Nunca podemos pensar que tenemos vida espiritual en nosotros mismos. Nunca podemos pensar que tenemos alguna virtud en nosotros mismos. El es amor, El es gozo, El es paz, El es paciencia, El es benignidad, y bondad, fe, mansedumbre, templanza….. y todo esto en nosotros por su Espíritu.

Rut tenía que esperar que Booz terminara su trabajo y que quedara satisfecho. Así fue en la primera creación que Adán entró en la obra terminada de Dios y en el día del reposo de Dios. Igualmente en la Nueva Creación debemos de entender que entramos en la obra terminada de Cristo y en Su Reposo. En el momento que queremos añadir algo a esa obra divina, por muy espiritual que parezca o religioso, caemos en “obras muertas”



“…extiende el borde de tu capa sobre tu sierva
Cuando hemos entendido que nuestro Pariente Cercano es rico en gran manera como dice en (Ef. 1:17,18)…para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”;
Cuando entendemos que “en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad y que nosotros estamos completos en Él (Col. 2:9,10)
Cuando entendemos que todo está en Él y que todo Él está en nosotros entonces sabemos que no necesitamos nada sino solo a Él, y teniendo a El tenemos todo.
Solo en ese momento de nuestra vida espiritual dejamos de buscar todas las cosas para buscar solo a Él y viniendo a sus pies decimos; “extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano”

En la ceremonia judía del casamiento, el esposo cubre a la esposa con su “Talil” significando protección.
Esto es lo que hace el Señor sobre su pueblo, El extiende su manto sobre nosotros como dice el profeta; (Ez. 16:8) “Y cuando pasé yo junto a ti, y te miré, he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te hice juramento, y entré en pacto contigo y fuiste mía, dice Jehová el Señor

Que cuadro tan maravilloso del amor de Dios sobre nosotros. Él cubre nuestra desnudez, nuestra vergüenza ante sus ángeles que son como llamas de fuego siempre en obediencia y sumisión a Dios. El cubre nuestra vergüenza de desobediencia, rebelión, soberbia y todo lo que opera en nosotros que nos hace enemigos de Dios “…por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” Ro. 8:7.

Es esa situación de desesperación con nosotros mismos que nos lleva a los pies de nuestro Señor sabiendo que si Él no echa su manto sobre nosotros no tenemos esperanza de redención porque “(Hch 4:1)en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo del cielo, dado a los hombres, en que debamos ser salvos”.

Pero tú me dirás. ¡¡Yo ya he hecho este rendirme a sus pies y nada ha cambiado en mi vida espiritual!!
La respuesta es sencilla, si ya te has rendido a sus pies en cuanto a la santificación has hecho bien pero debes de entender que esto no solo es una acción, sino una condición. No es un acto que hacemos una sola vez solamente sino ha de ser la condición eterna de nuestro ser. El pámpano ha de permanecer siempre en la vid. Esa es su condición. Dios nunca nos creo para que fuéramos independientes de Él. Ese fue el engaño de Satanás que aún en nuestra vida espiritual puede seguir actuando. Como antes leímos; de la manera que recibimos a Cristo, esto es, en pobreza y dependencia espiritual, así hemos de continuar nuestro andar, en pobreza espiritual y absoluta dependencia esperando de Él.



ÉL TE DIRÁ LO QUE HAYAS DE HACER
Siguiendo esta precioso cuadro que nos pinta el libro de Rut ¿Qué es lo que la Ley nos dice ahora? Rut 3:4 “…y él te dirá lo que hayas de hacer”
Que preciosa ilustración del final de la Ley para el cristiano. En este momento Noemí ha entregado a Rut a los pies de Booz. Dice, acuéstate a Sus pies y Él te dirá lo que hayas de hacer.

Muchos años más tarde estas mismas palabras dijo otra mujer con respecto a Jesucristo. Fue María, su madre, en las bodas de Caná. Recordamos que el vino en esas bodas se había acabado y María se lo comunica a Jesús. Cuando Él responde a ella, le responde de una manera extraña y por eso entendemos que el Señor le dio una interpretación espiritual a aquel acontecimiento. Jesús dijo; “¿Que tienes conmigo mujer? Aún no ha llegado mi hora” (Jn. 2:4) Jesús dijo esto con respecto al “buen vino” el Vino del Nuevo pacto que Él serviría después de su resurrección. Ese Espíritu que serán ríos de agua viva en el creyente. (Jn. 7:38).
Qué consejo más precioso para muchos que nos preguntan acerca de problemas o cuestiones espirituales. En lugar de tratar de resolver el problema con nuestra sabiduría le podríamos decir como Noemí a Rut; “échate a Sus pies y Él te dirá lo que hayas de hacer”

¿Lo que hayas de hacer, dice Noemí? ¿No decíamos antes que todo es gracia y obra consumada? Si, así es. Todo es gracia y obra terminada. Nada traigo en mis manos. ¿Qué le dice Booz a Rut?
(V.11-13) “…ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas….Pasa aquí la noche….Descansa pues hasta la mañana”

¡¡Que gozo, que gloria, que gracia, que redención!! Yo hare contigo lo que tú digas, pasa aquí la noche y descansa hasta la mañana. ¿Puedes ver esto querido hermanos? ¿Puedes ver la disposición de Dios para contigo, para con su pueblo?

Cuatro cosas oigo que Dios me dice aquí

“No temas” Cuando he venido a sus pies pidiendo redención y salvación de todo lo que me acosa. Del demonio, la carne, el mundo, el pecado. Cuando vengo a Él temiendo por mi debilidad, ignorancia, mi incapacidad, mi infidelidad. Cuando vengo a Él en mis dudas y fracasos. Cuando estoy frio y no tengo ganas de orar o leer su Palabra y vengo a Mi pariente cercano, uno que fue tentado como yo pero sin pecado. Cuando vengo a sus pies, Él me dice “No temas”
(Heb. 4:14-16) “Por tanto, teniendo un gran Sumo Sacerdote, que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Con razón más adelante el autor de Hebreos nos dice; “…tal Sumo Sacerdote nos convenía…;” Heb. 7:26.

Yo haré contigo lo que tu digas
Cuando he venido a sus pies, en absoluta rendición, en la pobreza de mi ser, desvalido y al final de mis recursos, puedo oír que Él me dice; Yo haré lo que tú me pides. Esta es la disposición de mi Redentor. Siempre presto a salvar. Cuando miramos los Evangelios nos damos cuenta que todos los que vinieron a Él en esta actitud de corazón, recibieron lo que pedían. “al que a mí viene, yo no le echo fuera”. (Jn. 6:37) Recordemos que Su disposición en la cruz no fue a regañadientes o de mala gana. Todo lo contrario nos dice el Espíritu Santo en (Heb. 12:2) “…el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza” Veo en estas palabras que Dios está más comprometido en mi santidad que yo mismo. Él ha pagado más que yo estoy dispuesto a pagar para ser librado de la carne y del pecado. Por ello el autor de hebreos sigue diciendo en este mismo pasaje; “…Considerad a Aquel que sufrió tal contradicción de pecadores….porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.” ( Heb. 12:3-4)

Pasa aquí la noche
Booz podía haberle asegurado a Rut su intención de redimirla y enviarla a casa en ese mismo momento. Pero entendió que era una mujer y enviarla de noche a casa podía ser peligroso.
Yo no sé de ti y tu experiencia espiritual, de tu peregrinaje, pero yo he pasado muchas noches oscuras de mi alma. Noches de tentación, noches de dudas, noches de desánimo, noches de frustración y noches que me ha dado igual todo. Pero sé que en todas esas noches Su mano me ha sostenido. Él ha estado ahí porque nos dijo; “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros (Jn. 14:18).
Cuando más tarde entendemos el camino de la vida cristiana nos damos cuenta que esas noches oscuras del alma son tan necesarias como los días llenos de luz y gloria. El salmista dice; “Tuyo es el día, tuya también es la noche” (Sal. 74:16) Mientras estamos con Él no hay diferencia entre el día y la noche, entre los valles y las cimas. Porque “…nada nos separará del amor de Cristo, ni tribulación, ni angustia, ni muerte, ni principados, ni esa gran lista de Pablo en Ro. 8 y más que le podamos agregar nos separará del amor de Dios.

“Descansa hasta la mañana
¿Has oído bien estas palabras de tu Señor? Se está refiriendo a tu redención a tu santificación a tu victoria sobre el pecado y el mundo y la carne y el diablo. El dice, descansa. No estoy diciendo; despreocúpate, o no hagas nada. No es una actitud de pasotismo total que defiendo o pasividad espiritual. Claramente el apóstol nos dice que nos ocupemos en nuestra salvación con temor y temblor, aunque inmediatamente añade, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer” Fil. 2.12,13. Parece contradictorio pero en cuanto a nuestra redención tenemos que aprender a estar batallando en descanso, luchando en reposo, porque de Jehová es la batalla, de Jehová es la salvación. Sal 18:2Jehová es mi Roca, mi castillo y mi Libertador; mi Dios, mi fortaleza, en Él confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, y mi alto refugio”
Quizá lleva un poco de tiempo aprender o entrar en este reposo y al mismo tiempo batallar ardientemente contra el pecado. Pero sabemos que “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guarda. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño. (Sal. 127:1,2) Debemos aprender a obrar en Su obra y a descansar en Su reposo porque nuestra salvación, como dice el profeta es en descanso y reposo (Isa.30:15)Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis”

Recordemos que estamos meditando sobre las palabras que Noemí dijo a Rut. “Él te dirá lo que hayas de hacer” ¿Qué es entonces lo que Booz dijo a Rut? No temas, yo haré, pasa aquí la noche, descansa. Estas mismas palabras nos dice Cristo a todo el que se rinde a Él. Cuando Pablo llega al final de sí mismo en su lucha por guardar la ley y sujetar su carne, dice en desesperación; “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” La respuesta es inmediata…”Gracias doy a Dios por Jesucristo Señor nuestro (Ro. 7:24,25)

Dios ha provisto todo en Cristo. Esta es su responsabilidad como creador. Él ha creado los pajarillos y los sustenta. ¿Cuánto más hará por el mantenimiento de la vida espiritual? Dice el apóstol de Cristo y su iglesia; (Ef. 5:29) “Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia;” Esto dice de la iglesia que ha sabido rendirse a sus pies. Asi que nuestra santificación es por gracia, que es regalo de Dios sin merito alguno de nuestra parte y por fe, que es mi confianza en su fidelidad y poder. Cuando veo esto no tengo más que hacer que entregarme a Su Espíritu Santificante en completo descanso y confianza.
Termino con est versículo de Hageo, "Jheová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor; se regocijará sobre ti con cántocos." (Hag. 3:17)

NOTA: Aún hay dos o tres detalles en este capítulo que considero pueden ser de mucha auda espiritual y que no quiero pasar por alto.