MI CAMINO

lunes, 25 de abril de 2011

CAPITULO 3 (Continuación)


Hay cuatro principios espirituales más en este capítulo que son dignos de mención y que nos ayudarán en nuestro andar cristiano con respecto a nuestra unión con Cristo.

En los versículos 10 y 11 Booz alaba a Rut por la pureza de corazón en cuanto a sus intenciones. El acto de Rut al venir a Booz pidiéndole el rescata no hay nada de egoísmo o interés propio. Cierto es que Booz es rico pero ese no es el motivo de Rut. Según Booz, Rut podía haber buscado a alguien más joven y rico para casarse. Por el contrario Rut, sometiéndose a su suegra Noemí, prefiere el cumplimiento de la Ley de Dios según (Dt. 25:5) que su propio interés. Lo importante para Rut ere levantar descendencia a su difunto marido para que su nombre no desapareciera en Israel.
La primera bondad fue seguir a Noemí a un futuro incierto y un país extraño estando dispuesta a trabajar en los campos para mantener a su suegra. Esto es una virtud para admirar. La postrera bondad fue estar dispuesta a sacrificar sus derechos y entregar su juventud a un hombre anciano que incluso podía ser una persona rechazada en el pueblo. Una pregunta valida podía ser ¿cómo es que Booz no estaba ya casado siendo una persona rica? Sabemos, por la genealogía de Mateo (Mt. 1:5), que su madre fue Rahab la ramera. (Jos. 2:1) esto podía haber sido un estigma para Booz.

La centralidad de la Cruz de Cristo.

De este incidente y de las palabras de Booz puedo ver un aspecto de la cruz que es necesario en nuestro andar cristiano. Este es que la cruz de Cristo siempre tiene que ser central en todas nuestras decisiones.
El Señor Jesús lo pone bien claro en Mt. 16:21-26. En esta ocasión Pedro trata de reconvenir al Señor según los pensamientos y principios del príncipe de este mundo. “Ten compasión de ti, Señor, y pon tus derechos por delante de los de Dios” Jesús conociendo que este pensamiento viene del mismo infierno y fue el que hizo caer al primer Adán, responde con la Cruz y nos interpreta su verdadero significado. La cruz es el lugar de mi auto-negación. Es el lugar de mi abdicación, y todos estos sinónimos; Renuncia. Resignación. Dimisión. Desistimiento. Todo esto en cuanto a mi propia vida, porque según estas palabras de Cristo hay dos vidas para todo hombre. La vida que hay que perder y la vida que hay que ganar, y el único lugar donde se puede hacer esta transacción es en la Cruz de Cristo.
Pablo en Ga. 2:20 nos da su testimonio de esta transacción en la cruz. Aquí vemos nuevamente dos vidas y una cruz. Igualmente en Fil. 3:7-11 compara a su vida como basura para ganar esa vida de resurrección en Cristo.
¿Cómo ocurre esta transacción? Esto es algo que tenemos que dejar en la sabiduría y soberanía del Padre. Nuestra parte solo consiste en estar dispuestos y el Espíritu Santo usará las personas y las circunstancias.

Rut ha elegido la Cruz de Cristo al buscar la redención de Booz. Ella simbólicamente ha perdido su vida y simbólicamente ha ganado la vida de Cristo al ser parte de esa Simiente (Gn. 3:15) que trajo a Cristo.

Así como Booz podía haber sido rechazado en el pueblo por causa de su madre, nosotros, como Rut, al elegir a Cristo elegimos “al Rechazado” Ya los profetas lo anunciaron así (Isa. 53:1-3; 49:7).
Es necesario que sepamos que seguimos a Un Despreciado y Rechazado de los hombres. Que según el espíritu de este mundo el cristianismo no tiene nada de glorioso y que la cruz es el supremo lugar de desprecio, vergüenza y rechazo. Es por esto que el autor de Hebreos nos invita (Heb. 13:13)Por lo tanto, vayamos a Él, que está fuera del campamento a compartir su deshonra.” (Versión Kadosh Israelita Mesiánica)

Lamentablemente muchos cristianos e iglesias se empeñan en buscar la aceptación o la aprobación de esta sociedad o del mundo y para ello llegan a comprometer la Palabra del Señor y quitarle la ignominia y vergüenza a la cruz. No buscamos la aceptación ni el aplauso ni la gloria de los hombres, ni siquiera agradar a los hombres. El cristiano solo busca el agradar a Dios a pesar de los hombres. Esta fue la vida del Maestro y la de Pablo (Jn. 5:44; 15:18,19; 17:14; Ga. 1:10; 2Tim. 3:12)

Hay pariente más cercano que yo.


Booz le dice a Rut que hay otro pariente más cercano y que tiene prioridad en la redención. El Espíritu Santo no ha querido darnos su nombre dándonos así libertad para rellenar los puntos suspensivos. Básicamente el pariente más cercano puede ser todo aquello que se opone o interfiere a mi unión con Cristo y que por naturaleza está más cercano a mí.

La tradición cristiana dice que el cristiano tiene tres enemigos naturales que son; El mundo, el Demonio y la Carne. Por naturaleza pertenecemos a estos tres hasta que Cristo nos redime.

Como este tema sería demasiado largo para tratar solo meditaremos un aspecto de uno de ellos. La Carne.

Descendientes de Adán

Todos los humanos somos por naturaleza descendientes de Adán, el primer hombre. El es nuestro padre natural y por tanto nuestro pariente más cercano. Sabemos que nuestro padre Adán pecó y por ello toda su descendencia recibió su herencia, esto es la mortalidad y el pecado. No el pecado original sino la tendencia natural al pecado, lo que Pablo llama, “La carne” Esto lo desarrolla Pablo en Ro. 5, 6,7, y 8.
En Ro.5:12 dice que el pecado y la muerte entraron al mundo por Adán y por cuanto todos pecamos también morimos. No morimos por el pecado de Adán sino por nuestro propio pecado. (Ro. 3:23) Es por esto que la salvación o la justificación es don de Dios, es un regalo a todos los que lo quieran tomar.
Muchos creen que son pecadores porque pecan, pero el problema humano y del cristiano es mucho más profundo. Pecamos porque somos pecadores. Mi naturaleza es pecar, como la naturaleza de un perro es ladrar. Dios hace esta pregunta; ¿Por ventura mudará el negro su pellejo, y el leopardo sus manchas? Así tampoco, podréis vosotros hacer bien, estando enseñados a hacer mal. (Jer. 13:23)
Todo cristiano ha de saber que a pesar de haber sido perdonado y justificado sigue siendo un pecador compulsivo y crónico. Pablo llega a esta conclusión; “…el pecado mora en mí. Y yo sé que en mí. Esto es en mi carne, no mora el bien” Ro. 7:17,18. Más adelante sigue diciendo que hay una ley en mis miembros que me lleva cautivo al pecado (V.23).
¡¡Que condición tan desesperante!! Con razón exclama Pablo; “Miserable de mí ¿Quién me librará de este cuerpo e muerte?”

Es por nuestra condición de muerte y corrupción que se requería que nuestra redención fuera más allá que perdonar los pecados. Ere necesario que fuéramos destruidos totalmente y vueltos a crear. Era necesario destruir la antigua creación, la creación adámica, y volver a comenzar en una Nueva Creación. Era necesario aniquilar totalmente a Adán y sus descendientes contaminados con el pecado. ¿Cómo podía hacer esto Dios sin destruirnos? Creo que Satanás se estaría restregando las manos en victoria pensando que había dado un golpe mortal a los planes de Dios con el hombre. Al mismo tiempo todos los ángeles estarían intrigados y expectantes esperando la acción divina.

Si dejaba al hombre en esa condición Dios habría fracasado porque el pecado hubiera permanecido para siempre en la tierra. Si creaba a otro hombre Dios habría fracasado igualmente al no haber podido cumplir su propósito en él.

La solución a tan tremendo problema solo podía venir del Dios que Pablo dice; “Oh profundidad de las Riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables son caminos! Porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a Él primero, para que le sea recompensado? Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por siempre. Amén. (Ro. 11:33-36)

En 1Co. 15;22, 45-49 el apóstol Pablo nos revela por el Espíritu el plan maestro de Dios.
Adán, o el primer Adán, como lo llama Pablo es el representante federal de toda la raza humana o de la primera creación. Como he mencionado antes por medio de nuestro representante todos hemos recibido el pecado y la muerte. El Señor que es del cielo y toma cuerpo entre nosotros por medio de la simiente de la mujer es llamado “el postrer Adán” esto es el “último Adán” Esto quiere decir que al morir Cristo en la cruz identificándose totalmente con nuestra humanidad, en Cristo, toda la humanidad. El es el último Adán, después de Él ya no hay más adanes, hombres.
Aquí tenemos la solución a la mitad del problema. Con la muerte de Cristo, Dios ha terminado con la primera creación contaminada de pecado y de muerte.

La segunda parte del problema es solucionado con la resurrección de Cristo. Él es ahora, según el versículo 47, el segundo hombre. Ya no hay ningún hombre entre Adán y Cristo. Dios ha acabado con el pecado con “el cordero que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29). Este postrer Adán y segundo hombre tiene dos características. La primera es que es “espíritu vivificante” esto es capaz de dar vida. (Jn.: 5:21; Jn. 6:33, 39, 40, Jn. 6:54, 57; Jn. 6:62,63; Ro. 8:11). La segunda característica es que tiene una imagen la cual llevaremos todos los que hemos resucitado con él. A esta imagen hemos sido llamados y predestinados Ro. 8;28,29.

Este segundo hombre es ahora nuestra cabeza federal. Él es la cabeza federal, el representante de La Nueva Creación. Así como antes estábamos en Adán ahora por un acto divino y no humano hemos sido “puestos en Cristo” “Unidos a Cristo” “Identificado con Cristo” (1Co. 1:30).

El. Cristo, es el Nuevo Hombre, por ello Pablo dice; “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas2Co. 5:16.

Así como la antigua creación tenía un pacto. Esta nueva Creación tiene un nuevo pacto. Es el Pacto del Espíritu que tiene la Ley de Dios escrita en el corazón. (Heb. 8:10-12; 2Co. 3:3-18; Ro.8:2-14) Ahora ya no hay esa tendencia natural al pecado. Hay una nueva tendencia natural a la piedad y a la obediencia por el Espíritu de Dios que ha venido a este nuevo hombre en Cristo.

Ahora bien todo esto no es nuestro, es de Cristo. El alcanzó todo esto por sus propios méritos y solo nos viene dado en Cristo. Aquí está la clave de todo, en una pequeña palabra “EN” Podemos decir que Pablo resume toda su enseñanza en una corta frase; “EN CRISTO”

Lo explico así;

Cristo murió al pecado, yo estoy en El, yo he muerto al pecado.
Cristo resucitó de los muertos, yo estoy en Él, yo he resucitado de los muertos.
Cristo tiene vida de resurrección, yo estoy en Él, yo tengo vida nueva de resurrección.
Cristo está sentado en los celestes, yo estoy en Él, yo estoy sentado en los celestes.
Cristo ha triunfado, yo estoy en Él, yo he triunfado.
Cristo es heredero, yo estoy en Él, yo soy heredero,

Como se puede ver todo nos viene dado en Cristo por identificación. El cristiano en sí mismo es nada, en Cristo es todo y todo es suyo y está completo.

Esta es a la vida de fe a la que somos llamados. Esta es nuestra redención.

Estas son “las inescrutables riquezas de Cristo” (Ef. 3:8) Es por esto que debemos orar por ese espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él” del que pablo menciona en Ef. 1:15-23.

Este Adán era nuestro pariente más cercano, el que tiene derecho sobre nosotros y parece ser que para muchos aún sigue teniendo derecho al ver las divisiones y los pleitos en las iglesias, todo ello producto de la carne. Que necesaria es esta enseñanza hoy en día para que sepamos y experimentemos esa salvación tan grande que nuestro Dios ha procurado redimiéndonos por nuestro Booz.

Seis medidas de cebada

Quiero terminar rápidamente con dos pequeños detalles que nos pueden bendecir. El primero es las seis medidas de cebada que Booz le da a Rut antes de despedirla. Si recodamos bien en el primer encuentro que Rut y Booz tuvieron ella llevó a casa un Efa de cebada que correspondían a unos 22 Litros de cebada, aproximadamente unos 15 Kilos.
En este encuentro Booz le entrega 6 medidas de cebada que corresponden a 2 efas. Esto es el doble de la primera porción. La doble porción es muy significativa en todo el Antiguo Testamento. Esta era la poción del primogénito. Es la porción que con engaño quiso conseguir Jacob, figura del cristiano carnal. O la porción que recibió José por gracia en sus dos hijos Manasés y Efraín. La doble porción es la que Eliseo le pidió a Elías.

Lo importante es saber que es la porción del heredero que ha llegado a la madurez. Pablo nos habla del heredero y del niño refiriéndose a la madurez espiritual. Ga. 4:1-6. El Espíritu nos dice que el niño aunque es heredero no puede administrar los bienes hasta el tiempo señalado por el padre. El niño, según este texto, es aquel que aún está bajo los rudimentos del mundo, leyes y costumbres.

En nuestra historia Rut ha llegado a la madurez espiritual. Fue la pureza de corazón, la obediencia y su disposición a la cruz que dan a entender madurez y está cerca su unión con Cristo.

Dios no descansará hasta alcanzar su prpósito en ti

El otro punto final y así termino son las últimas palabras de Noemí a Rut. “Espérate hija mía, hasta que sepas cómo se resuelva el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy” Rut. 3:18.

Ese era el testimonio que Noemí dio de Booz, y ese es el testimonio que la Ley nos da de Cristo. El profeta Isaías dice; “Por causa de Sion no callaré, y por causa de Jerusalén no reposaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salud se encienda como una antorcha.Isa. 62:1.

El no descansará porque nos ama con amor eterno y él no descansará porque es poderoso para salvar. Esta es mi fe, esta es mi confianza, este es mi descanso y al mismo tiempo esta es mi perseverancia en la fe.

Algunos preguntan; ¿una vez salvo, siempre salvo? Mi respuesta es SI. Si no por mi habilidad o poder. Digo si porque “…este tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a dios, viviendo siempre para interceder por ellos” Heb. 7:24,25.
Digo sí porque; “…aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro salvador, sea la gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos, amenJud. 24,25.
¿Es esto un pretexto para pecar? NO. Es un motivo para temer más y ocuparme en mi salvación con temor y temblor. Es una razón para amarle más y buscar más a aquel que ama mi alma. Es la causa que me hace buscar más de Él para conocerle mejor.

¡¡Que Dios te bendiga!!