Hebreos
6,2
En este estudio consideraremos la “doctrina
de bautismos” que el autor menciona como uno de los fundamentos de la enseñanza
de Cristo. Algunos comentaristas están de acuerdo en sugerir que en este caso
particular el autor no se está refiriendo al bautismo cristiano tal y como lo
conocemos hoy. Por el contrario, dicen que se refiere a las diferentes
abluciones que los judíos practicaban. A mi entender, esta interpretación no
sigue el contexto ya que el verso primero habla de los fundamentos de la
doctrina de Cristo.
Si damos un vistazo rápido en el Nuevo
testamento nos daremos cuenta que menciona diferentes bautismos. Pero antes es
necesario que entendamos el significado de la palabra bautismo, ya que esta es
una transliteración de la palabra griega “baptisma” Esta palabra viene de su
raíz “bapto” y significa; Sumergir, hundir, bañar, o teñir, como en Ap. 19:13. Así que la idea es sumergir
o introducir un objeto en agua o liquido. Esta será la imagen que tendremos presente a lo largo
de nuestro estudio.
Bautismo
en agua. (Mat. 3:7; Mar. 1:4; Lc. 3:3; 7:9)
El primer bautismo que nos encontramos en el
Nuevo Testamento es el bautismo que proclamaba Juan el Bautizador. El bautismo de Juan era de
arrepentimiento y preparación para recibir al Mesías prometido. Este bautismo
iba acompañado de la proclamación de Reino que se acercaba en Jesús el Mesías.
Este bautismo era simbólico de lavado de pecados, pero no por eso dejaba de ser
fundamental, ya que el rechazo de este bautismo significaba rechazar los
designios de Dios (Lc. 7:30; Mat. 21:25)
Aquellos que aceptaban este bautismo, dice Lucas, justificaban a Dios (Lc. 7:29) esto es, reconocían su pecado
y su necesidad de arrepentimiento para recibir al Mesías y su Reino.
Juan mismo declara que este bautismo en sí no
es suficiente en cuanto al plan salvífico de Dios, ya que él mismo predicaba; “ …Yo a la verdad os bautizo con agua; pero
él os bautizará con Espíritu Santo” Mar.
1:8. Mat. 3:11; Lc. 3:16; Jn 1:33. En
estos dos últimos textos Juan da a
entender que la característica del Mesías era que solo Él podía bautizar con el
Espíritu.
Dos incidentes vemos en el libro de hechos
que nos muestran el aspecto preparatorio del bautismo de Juan y el aspecto de
cumplimiento en el bautismo de Cristo. Hch.
18:24-26; Hch. 19: 1-6.
Algo que es importante destacar también es
que Juan veía su bautismo en sentido escatológico. En Mat. 3:7ss anuncia el juicio que precede al Reino “…ya también el hacha está puesta a la raíz
de los árboles; por tanto todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado
en el fuego” y sigue advirtiendo “su
aventador está en su mano y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero
y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” Por tanto venir al
bautismo es “huir de la ira venidera”
Así que el bautismo anticipa juicio para
aquellos que en desobediencia no quieren someterse a él y desprecian la gracia.
Jesús mismo confirma esto (Mar. 16:15,16)
“…el que creyere y fuere bautizado
será salvo; mas el que no creyere será condenado”
Otro aspecto importante del simbolismo del
bautismo en agua es su relación que tiene con el Éxodo y la Nueva Creación. Tres acontecimientos en el AT
nos muestran esta realidad espiritual. El primero es el Diluvio. El apóstol
Pedro dice que nuestro bautismo corresponde a aquel bautismo por el cual Dios
juzgó con agua a los desobedientes. (1Pe.
3:21) y salvó a los que pasaron el mismo juicio en el Arca (Tipo de Cristo)
pasando de muerte a resurrección o Vida Nueva. En Noé un tipo de Nueva
Creación, nuevo pacto por el cual hay paz con Dios.
El segundo acontecimiento histórico nos lo
proporciona el apóstol Pablo (1Co. 10:1ss) Nuevamente vemos características
similares. Juicio a Egipto, éxodo del pueblo que obedece en fe y bautismo en
agua al cruzar el mar Rojo. En esta
ocasión hay algo más que se agrega al bautismo en agua, que es el “bautismo en
la nube” esto es una tipología clara del Espíritu Santo, que era la presencia
de Dios que guiaba al pueblo. El aspecto de la Nueva Creación lo vemos en que
este acontecimiento ocurrió en la primavera cuando la naturaleza despierta de
su “muerte invernal”
Después del bautismo el pueblo es llevado por
el Espíritu al monte Sinaí donde recibe el pacto por medio del cual entran en
relación con Dios como pueblo.
Finalmente vemos otra clara simbología del
bautismo en agua cuando el pueblo cruza el río Jordán para entrar en el Reposo
de Dios (Jos. 1:1-5:12). Todos
tenían que pasar por las aguas, incluso las tres tribus que heredaron al otro
lado del Jordán. Sabemos nuevamente que era primavera, símbolo de nueva vida,
porque era durante el deshielo del monte Hermón, cuando el Jordán rebalsa. También
porque inmediatamente después de pasar celebraron la Pascua. Y no solo esto
sino que toda la generación que había nacido en el desierto fueron circuncidados,
dando a entender que el pacto es renovado o confirmado.
Cuando el creyente viene a las aguas del
bautismo ha de saber que este acto es una experiencia real y no solo simbólica
de su propio éxodo del mundo, porque el siglo presente está bajo el juicio
divino y escapamos por medio del bautismo. (Mas adelante hablaremos del
Bautismo en Cristo). También hemos de saber que bautismo tiene que ver con
pacto. Podría haber una conexión entre circuncisión y bautismo en Col. 2:11,12. El bautismo es la
ordenanza de Cristo por la que la
iglesia primitiva entendió que era el medio físico por la que los creyentes
eran añadidos a la comunidad. Hch.2:41.
Finalmente hay una relación muy estrecha en
toda la Biblia entre Agua y Espíritu. Podemos ver esto en Génesis en la
creación; “…y el Espíritu de Dios se
movía sobre la faz de las aguas” Lo vemos en el relato del diluvio, Gen. 8:1. Ya mencionamos que Israel fue
bautizado en el agua y en la nube. Finalmente Jesús recibe el Espíritu cuando
sale de las aguas. (Luc. 3:22) y no
solo esto sino que hablando con Nicodemo, Jesús le dice; “…el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios” Jn. 3:5.
Isaías y Jeremías profetizan concerniente a
la obra de Dios en su pueblo que hará por medio de agua y Espíritu. (Isa. 44:3-5) y (Ez. 36:25-27). Esto nos habla de lavamiento y regeneración por
el Espíritu, como lo pone Pablo en Ti. 3:5. El Espíritu en la Biblia
siempre es el dador de la Vida, y el Bautismo cristiano nos habla de la vida
que recibimos y que es el anticipo, arras o primicia del mundo venidero.
En el siguiente estudio meditaremos sobre el
Bautismo en Cristo o dicho de otra manera Unión con Cristo.