MI CAMINO

lunes, 7 de septiembre de 2009

CONCLUSION CAPITULO UNO DE GENESIS.

***Señor he comenzado este Camino de Emaus confiando que tu me acompañas y mientras andamos juntos tu le declaras a este tardo de corazón, todo lo que Moisés y los profetas declaran de ti.

Te he visto en Génesis cuando sales de Dios como Palabra creativa. Veo que todo fue hecho por ti y para ti. Yo he sido creado por ti y para ti. Luego de crearme has venido a mí, mientras estaba vacío, desordenado y en tinieblas para traer orden, para traer luz y fruto. Tú eres un Dios de orden. Has establecido leyes que gobiernan. Tú eres la ley de todo el universo porque tú eres quien sustentas todas las cosas. Todo lo que ocurre en mi vida no es sin ti y todo ocurre para ti.
Todo nuevo movimiento en mi vida espiritual es motivado por ti, todo progreso viene de tu voluntad, porque fuiste tu quien dijo; Sea la luz, Sepárense las aguas, produzca la tierra.
Tu me conoces mejor y tu sabes cuando decir a mi vida cada movimiento suave de tu Espíritu. Cuantas veces me he revelado a tus movimientos? Cuantas veces me he adelantado a tus movimientos? Tú lo sabes. Hoy entiendo que solo tengo lo que tú me has dado. Todo lo que yo haya alcanzado por mi propia obra o destreza lo he perdido en el día de la prueba. Pero todo aquello que tú me has dado ha permanecido, porque no es algo mío, sino tú mismo en mí.
Te ha visto llenando la tierra. La tomaste vacía y la llenaste de vida, llenaste los mares, el aire y la tierra. Te gusta la abundancia. Es como cuando multiplicaste los panes y los peces que sobraron canastas llenas después de que todos fueran satisfechos. Así eres con nosotros. Y no pienso en dinero o posesiones porque todo eso es pobreza en comparación con lo que me quieres dar. Padre tú me quieres dar “Las superabundantes riquezas de Cristo” para que mi vida esta llena, sin faltarle nada.

Sabes, al ver toda esta obra maravillosa de la creación me es más fácil confiar mi vida espiritual a ti. Ya no quiero depender de lo que yo pueda hacer para mantener esa vida. Se que el Padre te ha puesto en mi. , que aquel día de Pentecostés cuando aquellos 120 representativos recibieron el Espíritu de Vida yo también lo recibí formando parte de tu cuerpo, ese cuerpo que el La Nueva Creación en ti. Y cuando aquello ocurrió viste que era bueno y te gozaste. Te gozaste en aquellos 120 de tal manera que parecían borrachos.
Tu. En la cruz viste ese día, y por el gozo puesto delante de ti, menospreciaste el oprobio.
Señor descanso en ti. Tú eres mi descanso.
Señor, Te he visto en Génesis 1 y mi corazón ha ardido.

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