Romanos 1 :16
INTRODUCCION: En el verso anterior (15) Pablo declara a los
romanos lo deseoso y dispuesto que está de ir a Roma para anunciarles el
evangelio. Para él, el anuncio del Evangelio de su Dios era una necesidad, de
tal manera que en la carta a los Corintios dice así; “…pues si anuncio el evangelio, no tengo porque gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y ¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” 1Co. 9:16. Pablo había recibido de Dios
el Evangelio de su Hijo Jesucristo y esto le había puesto en deuda con toda la
humanidad; “…a griegos y a no griegos, a
sabios y a no sabios soy deudor” Ro.
1:14. Pero no solamente era la carga y la responsabilidad de su apostolado
que la había hecho deudor, sino que había experimentado algo más maravilloso
con respecto al anuncio de la cruz. Esto es lo que meditaremos en el verso de
hoy.
PABLO SE GLORÍA EN EL EVANGELIO.
Pablo había sido
apartado para el evangelio de Dios (Ro.
1:1) que es la glorioso, según (1Ti.
1:11). Su vida consistía en ministrar el evangelio de Dios (Ro. 15:16). Incluso sus sufrimientos los consideraba como
un provecho para el evangelio (Fil. 1:12).
Su gloria era la cruz de nuestro Señor Jesucristo. (Ga. 6:14)
Sin embargo en el
pasaje que estamos considerando en lugar de declarar que se gloría en el
evangelio, lo pone en sentido negativo diciendo que no se avergüenza del
evangelio. ¿Cuál es la razón? Jesús mismo advirtió a sus discípulos acerca de
avergonzarse de Él (Mr. 8:38) y
Pablo advirtió a Timoteo con respecto a lo mismo (2Tim.
1: 8). Esto nos demuestra que avergonzarse de Cristo o del Evangelio es una
gran posibilidad en la vida cristiana. De hecho que Martin Lloyd-Jones dice que
si alguien nunca ha sido tentado en esta área es porque quizá nunca ha
comprendido el verdadero mensaje del evangelio. Claramente Pablo habla así
teniendo en mente a aquellos que estaban pasando por esta tentación en Roma.
LA LOCURA DE LA PALABRA (1Co. 1:18—25)
Llevaría
demasiado tiempo para entrar en los detalles de este pasaje, pero Pablo está
exhortando a una iglesia que, entre otras cosas, estaba dejando la sencillez de
Cristo para buscar sabiduría. Esto es por lo que llagaron a decir que Pablo era
tosco en su predicación y la palabra menospreciable (2Co.10: 10 y 11:6) Pero
Pablo sabía que la palabra de la cruz es locura para el mundo. El mensaje de
Cristo es una ofensa para el hombre natural. (Ga. 5:11), porque el Evangelio denuncia su perdición, su ruina y
demuestra su total incapacidad de redención. Por ello Pablo no predicaba filosofía,
ética o moral, ni mucho menos autorrealización o autoayuda. El predicaba a Cristo
y este crucificado (1Co. 1:23). Esta
frase (Cristo crucificado) es una contradicción en sí misma porque la palabra
Cristo (Mesías) lleva la connotación
poder, esplendor, triunfo, y crucifixión significaba debilidad,
humillación, derrota. Esto era tropezadero para los judíos y locura para los
gentiles.
El Evangelio
declara que un carpintero nacido en pobreza y vergonzosamente crucificado es el
salvador del mundo que resucitará a los muertos. Cuando Pablo habló así le
llamaron charlatán (Hch. 17:32)
Es en esta locura
de la predicación, del mensaje de un Mesías sufriente y resucitado que a Dios
le ha agradado salvar a los que hemos creído (1Co. 1:21) por lo que Pablo sabía que no es por medio de palabras persuasivas
de humana sabiduría, que ha de predicarse el evangelio, sino con demostración
del Espíritu y poder. (1Co. 1:17; 2:1-5)
EL EVANGELIO ES PODER DE DIOS
Si nos fijamos
atentamente el apóstol está siendo muy lógico en su exposición usando la
palabra “porque” que aparece 8 veces en la primera parte del capítulo. Así que
su argumento sigue así; estoy pronto a anunciaros el evangelio en Roma “porque” no me avergüenzo del evangelio “porque”
es poder de Dios para salvación…”porque” en el evangelio se revela la justicia
de Dios…”porque” la ira de Dios se revela…
Pablo no se avergüenza
del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación del hombre. En esta
locura, en esta debilidad, a Dios le ha placido esconder su poder.
El evangelio es
el llamado eficaz de Dios, por medio del Espíritu Santo, a todos los que van a
ser salvos, basado en la obra redentora de Cristo.
Cuando el
evangelio es anunciado en fe y en verdad, el Espíritu de Dios colabora con la
Palabra proclamada produciendo fe y vida
nueva en aquellos que han sido ordenados para vida eterna llamándoles a
salvación. (Hch. 13:48) Así que por
medio del Espíritu el Evangelio se convierte en Palabra creativa de Dios. Es la Palabra de Dios que permanece para
siempre y que nos purifica por medio del Espíritu Santo (1Pe. 22-25) Y también en (1Pe.
1:12) podemos ver que el evangelio fue predicado por medio del Espíritu Santo.
Esto es por lo
que El Señor, después de haber instruido a sus discípulos por 40 días con
respecto al Evangelio, le dijo que esperaran la venida del Espíritu que
acompañaría a la proclamación.
La iglesia
primitiva sabía que la palabra tiene que ir acompañada de “la mano de Dios” que
es el Espíritu Santo. (Hech 4: 29:31,33) Así que al igual que
en Génesis vemos la Palabra y el
Espíritu en la primera creación, también en Hechos y las epístolas vemos la
Palabra y el Espíritu en la Nueva creación.
La primera
mención que Pablo hace del Espíritu Santo en sus epístolas es precisamente con
respecto a la relación del evangelio y el Espíritu. 1Tes. 1:5. Su llegada a Tesalónica
no “fue con palabra solamente” sino en poder y en Espíritu Santo, de tal manera
que recibieron esa palabra como palabra de Dios mismo la cual actúa en los
creyentes.
Igualmente en 1Co. 2:4 y Ro. 15:19. Pablo declara que
la predicación de su evangelio van acompañados de la actividad poderosa del
Espíritu Santo.
CONCLUSIÓN
Pablo se gloria y
no se avergüenza de la proclamación de la Cruz porque es en verdad Palabra de
Dios con demostración del Espíritu Santo en poder y eficacia de salvación.
Esta palabra es
locura e insensatez (motivo de burla) ante la sabiduría de este mundo, pero es
en esta aparente insensatez de Dios que su poder es demostrado para salvación
de la humanidad.
El problema está
cuando la iglesia busca la manera de que su mensaje sea más aceptable por el
mundo, más inteligente y accesible, entonces cae en la retorica, en la filosofía,
la sicología, lo que Pablo llama; “palabras persuasivas de humana sabiduría”
Esto es cuando la cruz de Cristo se hace vana. Es como tratar de vencer a
Goliat con armadura, yelmo y espada, en lugar del nombre de Jehová. Como bien
dice A. Nygren, “El evangelio no es la presentación de una idea, sino la operación
de un poder”
Hermanos, el
glorioso Evangelio de Dios nos ha sido confiado en esta generación. Nuestra
actitud debería ser como la de Pablo (1Te.
2:3-12) y nuestra oración como la iglesia de Jerusalén (Hech. 4:39-31)
No hay comentarios:
Publicar un comentario