MI CAMINO

miércoles, 11 de marzo de 2015




Hebreos 3:12

El autor de hebreos, después de haber presentado el ejemplo negativo de la generación que no entró en el reposo de Dios, pasa a exhortar a sus oyentes con una advertencia muy severa, a la cual haremos bien si nosotros también atendemos.

 

UNA ADVERTENCIA MUY SEVERA

Ya hemos visto que el autor de hebreos está comparando a la congregación del desierto con sus oyentes. Ellos también en Cristo han salido y están en peregrinaje al reposo de Dios. El problema está en que algunos parecía que estaban mirando atrás, esto es, a volver al judaísmo. Esta actitud de sus hermanos (Heb. 3:1) la compara a la actitud de aquellos que provocaron y tentaron a Dios y por lo tanto, “…se apartaron del Dios vivo”

 

Cuando hablamos del reposo de Dios podría parecernos que es como si fuera un extra de las bendiciones de Dios para el cristiano que podemos tener aparte de la salvación. Pero en este versículo claramente vemos que lo que se perdieron no fue una bendición más, sino la misma salvación. El reposo de Dios no es un extra opcional.

El autor claramente dice que no entrar fue "apartarse del Dios vivo" Esta palabra "apartarse" en griego tiene el sentido de apostatar, desertar, rebelarse.

F. F. Bruce, citando al Rabino Aquiba dice que "la generación de Israelitas que perecieron en el desierto no tendrán parte en el siglo venidero." Y  Bruce, sigue diciendo; ·…una recaída del Cristianismo al Judaísmo sería comparable a la acción de los Israelitas cuando “volvieron su corazón para regresar a Egipto” , no sería un mero volver a la situación donde se encontraban antes, sino un gesto de total apostasía,  un completo romper con Dos”

Para aquellos judíos que habían sido iluminados por el Evangelio, volver a la antigua religión era apostatar de Dios, apartarse del Dios vivo.

Recordemos que la epístola comienza diciéndonos que esta es la última vez que Dios habla al hombre. Es la última palabra en el Hijo.  Aquella generación rechazó a Moisés, pero esta generación estaría rechazando al Hijo. La epístola continuará demostrando que una vez venida la Nueva y última revelación de Dios, la antigua revelación ha sido suplantada y no es eficaz para salvación. (Heb. 7:18-19; 8:7-13; 10:9).

 

UNA SOLUCIÓN

El autor reconoce que aún nos encontramos en peregrinaje al reposo de Dios, (simbolizado por la Tierra Prometida) y aún que ya estamos disfrutando en parte de ese reposo, (simbolizado por la celebración del Shabat), aún así la realidad del “pecado que nos asedia” (Heb. 12:1) es un hecho real que tiene la capacidad de engañarnos. La Palabra nos enseña claramente que no estamos bajo el poder del pecado (Ro. 6) pero aún estamos bajo la influencia del pecado. La senda del justo es una progresiva liberación del pecado como dice Pro. 4:18Más la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”.

Es por esto que el autor apela y confía en la vida de comunidad donde hay suficiente madurez para exhortarnos unos a otros sin necesidad de juzgar o condenar ya que todos estamos en el camino y ninguno ha llegado ya.

 

Miremos brevemente lo que es la exhortación bíblica;

La exhortación bíblica ha de ser con intención de restaurar, ha de ser en un espíritu de humildad reconociendo que uno mismo también puede ser tentado al igual que le ha ocurrido al hermanos. (Ga. 6:1)

Ha de ser con la intención de estimular, animar y edificar (1Te. 5:11; Heb. 10:24) Ha de ser con un corazón paternal (1Te. 2:11). Ha de ser con paciencia y con doctrina (2Tim. 4:2; 1Te. 4:18). Ha de ser por medio de la palabra de Cristo que ya mora en el individuo y aplicando esta palabra con sabiduría. Todo esto ha de ser hecho en el nombre del Señor.  

La misma palabra en griego (parakaleo) ayuda mucho en entender el significado de exhortar; “llamar a alguien para que se acerque” “invitar, invocar.” Exhortar a alguien es una invitación a peregrinar juntos con el fin de animar, edificar y sostener en momentos de debilidad.

Aunque el Evangelio nos ha llegado como individuos, sin embargo la invitación es a formar parte de la comunidad, el Cuerpo, el pueblo de Dios. Vivimos en un tiempo donde el espíritu individualista del mundo nos influencia demasiado en nuestra vida de comunidad y buscamos nuestra propia experiencia o ministerio o éxito. Es necesario que busquemos y seamos motivados por la  visión de Reino, el Reino de Dios y dejemos de lado toda espiritualidad individualista donde casi privatizamos a Dios.

 

PERSEVERANCIA ES SEÑAL DE SALVACIÓN FINAL

Mientras se dice hoy quiere decir que aún no hemos llegado al destino final. Ahora bien, mientras se dice hoy quiere decir también que estamos oyendo la voz del Espíritu porque hemos sido hechos participantes o compañeros  de Cristo.

 

Es necesario que entendamos bien este versículo porque de lo contrario parecerá que está diciendo que somos participantes de Cristo a condición de perseverar. Como si la perseverancia fuera lo que nos proporciona la participación de Cristo. Nuestra participación de Cristo, esto es, toda la obra redentora y su ministerio presente sacerdotal, son algo que Dios ya ha hecho y por el Espíritu participamos. El autor dice claramente que ya hemos sido hechos participantes de Cristo. El “si” no es tanto un si condicional, sino un “si” demostrativo. Esto es, y poniendo el verso al revés sería así; “si no retenemos hasta el fin la confianza es porque no hemos sido hechos participantes de Cristo en primer lugar.

Una traducción diferente y que puede darnos más luz es la RVA; “Porque hemos llegado a ser participantes de Cristo, si de veras retenemos el principio de nuestra confianza hasta el fin.”  

Pablo también usa esta manera de hablar en varios versículos, por ejemplo; “Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” Ro. 8:9.  Mirar también Ro. 8:17; 11:22; 2Co. 13:5; Col. 1:22-23.

 

Claramente el autor está exhortando pastoralmente a aquellos que habían profesado fe en Jesucristo y que al mirar atrás estaban dando señales de que esa “aparente fe” no era suficiente para llevarles hasta el final. Esto lo vemos claramente en la aplicación de este argumento que nos viene en (4:1). Aunque el llamado es a toda la congregación, sin embargo va dirigido a “alguno de vosotros” Lamentablemente nos podemos perder esto si no sabemos que el “ninguno” del verso (3:12) es la misma palabra griega (tis) del verso (4:1). Los traductores han decidido traducir “ninguno” en el verso (12) y “alguno” en el verso (4:1).

La traducción (Biblia de las Américas) ha sido más constante en su traducción usando siempre “algunos”

 

Retener la confianza del principio es simplemente aquella fe por la que nos confiamos totalmente a Dios el día que escuchamos su voz por medio del Evangelio. Esa fe se convierte en fidelidad a Dios sin importar las circunstancias, sabiendo que el mismo Dios que nos sacó de la esclavitud de Egipto nos introducirá en la libertad de Sión.

 

TRES PREGUNTAS Y UNA CONCLUSIÓN

El autor termina este argumento con tres preguntas que le llevarán a una conclusión. Los que salieron de Egipto le provocaron por falta de fe. Dios estuvo disgustado cuarenta años porque no creyeron las buenas Nuevas de la tierra prometida (Mirar Núm. 13, 14,15). El juramento vino contra aquellos que desobedecieron por no haber creído que Dios estaba con ellos.

 

Claramente el autor está reduciendo todo a lo que ya mencionó en el verso 12, esto es, “corazón malo de incredulidad”. La incredulidad es la perversión del ser humano que entró en el Edén. Salvación es la restauración del hombre o restablecimiento del hombre a la confianza en Dios. Incredulidad no solo es pecado, sino que yo diría que incredulidad es el pecado. Todo pecado es incredulidad y todo pecado tiene su raíz en la incredulidad. Por lo contrario, salvación es fe, santidad es fe, obediencia es fe y todo lo que tiene que ver con la vida del cristiano es fe.

Trayendo lo que acabamos de decir a la idea del reposo de Dios es cuando el cristiano ha entrado y vive en un total abandono a Dios. No un abandono en resignación, sino en confianza, intimidad, seguridad, fe y libertad. Por ello el autor lo pone así en el verso 6; “si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”

Vivir en el reposo es vivir en confianza, en inmovilidad, en la seguridad de que Dios es capaz de salvar, de terminar la obra que comenzó. Es estar totalmente persuadido de Dios y su poderosa obra redentora en Cristo por medio del Espíritu.

 

ORACIÓN

Oremos hoy por aquellos que titubean, por los que no están andando con nosotros. Le pedimos a Dios “que no haya en ninguno de ellos corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo.
 

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