Hebreos 3:12
El
autor de hebreos, después de haber presentado el ejemplo negativo de la
generación que no entró en el reposo de Dios, pasa a exhortar a sus oyentes con
una advertencia muy severa, a la cual haremos bien si nosotros también
atendemos.
UNA ADVERTENCIA MUY SEVERA
Ya
hemos visto que el autor de hebreos está comparando a la congregación del
desierto con sus oyentes. Ellos también en Cristo han salido y están en
peregrinaje al reposo de Dios. El problema está en que algunos parecía que
estaban mirando atrás, esto es, a volver al judaísmo. Esta actitud de sus
hermanos (Heb. 3:1) la compara a la
actitud de aquellos que provocaron y tentaron a Dios y por lo tanto, “…se apartaron del Dios vivo”
Cuando
hablamos del reposo de Dios podría parecernos que es como si fuera un extra de
las bendiciones de Dios para el cristiano que podemos tener aparte de la
salvación. Pero en este versículo claramente vemos que lo que se perdieron no
fue una bendición más, sino la misma salvación. El reposo de Dios no es un
extra opcional.
El
autor claramente dice que no entrar fue "apartarse del Dios vivo"
Esta palabra "apartarse" en griego tiene el sentido de apostatar,
desertar, rebelarse.
F.
F. Bruce, citando al Rabino Aquiba dice que
"la generación de Israelitas que perecieron en el desierto no tendrán
parte en el siglo venidero." Y
Bruce, sigue diciendo; ·…una recaída del Cristianismo al Judaísmo sería
comparable a la acción de los Israelitas cuando “volvieron su corazón para
regresar a Egipto” , no sería un mero volver a la situación donde se
encontraban antes, sino un gesto de total apostasía, un completo romper con Dos”
Para
aquellos judíos que habían sido iluminados por el Evangelio, volver a la
antigua religión era apostatar de Dios, apartarse del Dios vivo.
Recordemos
que la epístola comienza diciéndonos que esta es la última vez que Dios habla
al hombre. Es la última palabra en el Hijo. Aquella generación rechazó a Moisés, pero esta
generación estaría rechazando al Hijo. La epístola continuará demostrando que
una vez venida la Nueva y última revelación de Dios, la antigua revelación ha
sido suplantada y no es eficaz para salvación. (Heb. 7:18-19; 8:7-13; 10:9).
UNA SOLUCIÓN
El
autor reconoce que aún nos encontramos en peregrinaje al reposo de Dios,
(simbolizado por la Tierra Prometida) y aún que ya estamos disfrutando en parte
de ese reposo, (simbolizado por la celebración del Shabat), aún así la realidad
del “pecado que nos asedia” (Heb. 12:1) es un hecho real que tiene
la capacidad de engañarnos. La Palabra nos enseña claramente que no estamos
bajo el poder del pecado (Ro. 6) pero aún estamos bajo la influencia del
pecado. La senda del justo es una progresiva liberación del pecado como dice Pro. 4:18” Más la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en
aumento hasta que el día es perfecto”.
Es
por esto que el autor apela y confía en la vida de comunidad donde hay
suficiente madurez para exhortarnos unos a otros sin necesidad de juzgar o
condenar ya que todos estamos en el camino y ninguno ha llegado ya.
Miremos
brevemente lo que es la exhortación bíblica;
La
exhortación bíblica ha de ser con intención de restaurar, ha de ser en un
espíritu de humildad reconociendo que uno mismo también puede ser tentado al
igual que le ha ocurrido al hermanos. (Ga.
6:1)
Ha
de ser con la intención de estimular, animar y edificar (1Te. 5:11; Heb. 10:24) Ha de ser con un corazón paternal (1Te. 2:11). Ha de ser con paciencia y
con doctrina (2Tim. 4:2; 1Te. 4:18).
Ha de ser por medio de la palabra de Cristo que ya mora en el individuo y
aplicando esta palabra con sabiduría. Todo esto ha de ser hecho en el nombre
del Señor.
La
misma palabra en griego (parakaleo) ayuda mucho en entender el significado de
exhortar; “llamar a alguien para que se acerque” “invitar, invocar.” Exhortar a
alguien es una invitación a peregrinar juntos con el fin de animar, edificar y
sostener en momentos de debilidad.
Aunque
el Evangelio nos ha llegado como individuos, sin embargo la invitación es a
formar parte de la comunidad, el Cuerpo, el pueblo de Dios. Vivimos en un
tiempo donde el espíritu individualista del mundo nos influencia demasiado en
nuestra vida de comunidad y buscamos nuestra propia experiencia o ministerio o
éxito. Es necesario que busquemos y seamos motivados por la visión de Reino, el Reino de Dios y dejemos
de lado toda espiritualidad individualista donde casi privatizamos a Dios.
PERSEVERANCIA ES SEÑAL DE SALVACIÓN FINAL
Mientras
se dice hoy quiere decir que aún no hemos llegado al destino final. Ahora bien,
mientras se dice hoy quiere decir también que estamos oyendo la voz del
Espíritu porque hemos sido hechos participantes o compañeros de Cristo.
Es
necesario que entendamos bien este versículo porque de lo contrario parecerá
que está diciendo que somos participantes de Cristo a condición de perseverar.
Como si la perseverancia fuera lo que nos proporciona la participación de
Cristo. Nuestra participación de Cristo, esto es, toda la obra redentora y su
ministerio presente sacerdotal, son algo que Dios ya ha hecho y por el Espíritu
participamos. El autor dice claramente que ya hemos sido hechos
participantes de Cristo. El “si” no es tanto un si condicional, sino un
“si” demostrativo. Esto es, y poniendo el verso al revés sería así; “si no
retenemos hasta el fin la confianza es porque no hemos sido hechos participantes
de Cristo en primer lugar.
Una
traducción diferente y que puede darnos más luz es la RVA; “Porque hemos llegado a
ser participantes de Cristo, si de veras retenemos el principio de nuestra
confianza hasta el fin.”
Pablo
también usa esta manera de hablar en varios versículos, por ejemplo; “Más vosotros no vivís según la carne, sino
según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno
no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” Ro. 8:9. Mirar también Ro. 8:17; 11:22; 2Co. 13:5; Col. 1:22-23.
Claramente
el autor está exhortando pastoralmente a aquellos que habían profesado fe en
Jesucristo y que al mirar atrás estaban dando señales de que esa “aparente fe”
no era suficiente para llevarles hasta el final. Esto lo vemos claramente en la
aplicación de este argumento que nos viene en (4:1). Aunque el llamado es a
toda la congregación, sin embargo va dirigido a “alguno de vosotros”
Lamentablemente nos podemos perder esto si no sabemos que el “ninguno” del
verso (3:12) es la misma palabra griega (tis) del verso (4:1). Los traductores
han decidido traducir “ninguno” en el verso (12) y “alguno” en el verso (4:1).
La
traducción (Biblia de las Américas) ha sido más constante en su traducción
usando siempre “algunos”
Retener
la confianza del principio es simplemente aquella fe por la que nos confiamos
totalmente a Dios el día que escuchamos su voz por medio del Evangelio. Esa fe
se convierte en fidelidad a Dios sin importar las circunstancias, sabiendo que
el mismo Dios que nos sacó de la esclavitud de Egipto nos introducirá en la
libertad de Sión.
TRES PREGUNTAS Y UNA CONCLUSIÓN
El
autor termina este argumento con tres preguntas que le llevarán a una
conclusión. Los que salieron de Egipto le provocaron por falta de fe. Dios
estuvo disgustado cuarenta años porque no creyeron las buenas Nuevas de la
tierra prometida (Mirar Núm. 13, 14,15). El juramento vino contra aquellos que
desobedecieron por no haber creído que Dios estaba con ellos.
Claramente
el autor está reduciendo todo a lo que ya mencionó en el verso 12, esto es, “corazón
malo de incredulidad”. La incredulidad es la perversión del ser humano que
entró en el Edén. Salvación es la restauración del hombre o restablecimiento del
hombre a la confianza en Dios. Incredulidad no solo es pecado, sino que yo diría
que incredulidad es el pecado. Todo pecado es incredulidad y todo pecado tiene
su raíz en la incredulidad. Por lo contrario, salvación es fe, santidad es fe,
obediencia es fe y todo lo que tiene que ver con la vida del cristiano es fe.
Trayendo
lo que acabamos de decir a la idea del reposo de Dios es cuando el cristiano ha
entrado y vive en un total abandono a Dios. No un abandono en resignación, sino
en confianza, intimidad, seguridad, fe y libertad. Por ello el autor lo pone
así en el verso 6; “si retenemos firme hasta el fin la confianza y el
gloriarnos en la esperanza.”
Vivir
en el reposo es vivir en confianza, en inmovilidad, en la seguridad de que Dios
es capaz de salvar, de terminar la obra que comenzó. Es estar totalmente
persuadido de Dios y su poderosa obra redentora en Cristo por medio del
Espíritu.
ORACIÓN
Oremos
hoy por aquellos que titubean, por los que no están andando con nosotros. Le
pedimos a Dios “que no haya en ninguno de ellos corazón malo de incredulidad
para apartarse del Dios vivo.
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