MI CAMINO

sábado, 11 de abril de 2015


MADITACIONES EN HECHOS DE LOS APOSTOLES

 

Hechos 1:3

 

REPASO LECCION ANTERIOR.

Según vimos en la lección anterior el libro de los hechos es el segundo tomo que escribe Lucas a Teófilo.

Dejamos claro que el Evangelio trata de “…las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar” dando a entender con esto que el segundo tomo se trata de “las cosas que Jesús resucitado y glorificado continuo haciendo y enseñando por medio de su iglesia llena del Espíritu Santo”

 

En la conclusión de la lección anterior recalqué que como iglesia es necesario que tengamos la Visión del Reino de Dios delante de nosotros. Esto es precisamente lo que Jesús hizo con sus discípulos durante los 40 días entre la resurrección y la ascensión. (Hch. 1:3).

El énfasis de la enseñanza de Cristo antes de despedirse fue acerca  del Reino de Dios. Era necesario que sus discípulos entendieran claramente y tuvieran la visión del Reino.

 

¿QUÉ ES EL REINO DE DIOS?

En primer lugar el Reino de Dios no es un lugar geográfico donde los cristianos van cuando mueren. Para entender mejor lo que el Reino de Dios  lo tenemos que mira según sus sinónimos. Esto es; el Reino de Dios es la Soberanía de Dios, el gobierno de Dios, el dominio de Dios. Es todo lugar donde se recibe y se hace la voluntad de Dios en la Tierra. Así nos enseñó Jesús a orar.

Entramos en el Reino solo cuando nos arrepentimos de andar en nuestros caminos y voluntad, y acatamos la soberanía y voluntad de Dios haciéndonos sus siervos. En otras palabras, entramos en el Reino de Dios cuando hacemos a Jesucristo nuestro Señor. Lamentablemente muchos cristianos solo quieren que Jesús sea su Salvador.

 

Para entender mejor lo que es el Reino de Dios es necesario que demos un vistazo rápido y panorámico de la Biblia.

En Génesis vemos a Dios creando una Tierra que es buena donde pone al Hombre para que la rija como Virrey. El hombre se revela y se alía con el Príncipe de este mundo trayendo esclavitud, enfermedad, muerte, opresión y todo lo que vemos diariamente en la noticias. Dios, que no solo es creador pero restaurador elige a Abraham para que por medio de su simiente sean benditas todas las familias de la tierra. De esta simiente sale el pueblo que Dios elige para revelarse a ellos, habitar en medio de ellos y para que sean su Siervo con el fin de que sean “Luz a las Naciones,” Para que llenen la tierra del conocimiento de Dios y así vuelva el Dominio de Dios al Planeta y por tanto la Renovación.

Este pueblo malentiende la elección divina y fracasan rotundamente, por lo que Dios abandona el Templo y exilia a su pueblo.

Sin embargo los profetas comienza a ver y predecir que aunque las promesas no se cumplen en el pueblo, si que se cumplen en un Individuo representativo, que pagará por el pecado de todos y traerá en su fidelidad el Reino de Dios. Este es el Ungido de Jehová que; “será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Luc. 1:32,33.

 

Podemos decir que la Biblia es la historia de la reconquista del planeta Tierra por Dios encarnado y culminando en la  Cruz, donde usurpo el dominio a Satanás; “…despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz.” Col. 2:15. Y también; Ef. 1:18-23.

Nos será muy difícil entender la Biblia, el cristianismo, la salvación y aún a Dios si no lo miramos todo bajo esta perspectiva del propósito eterno de Dios. Es como tratar de hacer un puzzle sin tener delante la foto del paisaje.

Después de 2000 años de cristianismo hemos individualizado a Dios, esto es, lo hemos hecho nuestro “diosito” que está ahí para nuestros intereses y aspiraciones personales.  Hemos trivializado al Mesías de Dios y su obra universal que vino a realizar creyendo que todo se reduce a llevarnos al cielo. 

 

EL REINO SE HA ACERCADO.

Con la venida del Mesías, esto es con la venida del Rey, el Reino de Dios se ha acercado, ha sido inaugurado. Este es el mensaje de Jesús en su ministerio terrenal y este es el mensaje que encarga a sus discípulos. (Mar. 1:14,15). Con la venida de Juan termina la ley y los profetas y el Reino se anuncia. (Luc. 16:16). Lucas Menciona 47 veces la frase Reino de Dios en su evangelio diciéndonos que; Jesús vino para anunciar el Reino (Luc. 4:43; 8:1.) El anuncio del Reino va acompañado de sanidades. (Luc. 9:2; 9:11: 10:9) La expulsión de demonios es señal de que el Reino se ha acercado (Luc. 11:20).  El Reino es semejante a una semilla de mostaza o un poco de levadura  que secretamente crecen (Luc. 13). La puerta del Reino es estrecha (Luc. 13:24) por lo tanto es necesario esforzarse para entrar (Luc. 16:16). y Poner la mano en el arado sin mirar atrás (Luc. 9:60). El reino viene sin advertencia y señales y está en medio nuestro (allí donde está Cristo, donde dos o tres se reúnen en su nombre) (Luc. 17:20, 21) Fuera del Reino es el lloro y el crujir de dientes. (Luc. 13:18).

 

En Hechos de los apóstoles, Lucas no menciona el Reino de Dios tantas veces pero lo engloba  mencionándolo en el primer y último capítulo. Y al igual que en el Evangelio la predicación del Evangelio es el anuncio del Reino de Dios con las señales que le siguen.

 

¿Y AHORA QUÉ?

Como he mencionado antes el Reino de Dios ha sido inaugurado con la venida del Rey y ha sido confirmado con su resurrección, por lo que dice; “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id…” Los que hemos creído hemos recibido el Espíritu Santo que es el Espíritu del Siglo venidero. Hemos recibido un anticipo, una primicia de la vida del Reino venidero.

Es por medio de este Espíritu que esperamos la consumación del Reino, en la restauración de todas las cosas. Es por este Espíritu que “gemimos dentro de nosotros mismos”

 

Por tanto es la responsabilidad del creyente y sobretodo de la Comunidad del Rey (La Iglesia)

1.        Vivir, manifestar y mostrar al mundo la vida del Reino que ha de ser consumado y que ya opera en nosotros como anticipo por medio el Espíritu. La iglesia ha de ser para el mundo la muestra presente del Reino venidero, la expresión del Reino de Dios en amor, justicia y verdad.

2.       Es nuestra responsabilidad orar el Reino de Dios en la tierra como Jesús nos enseñó en el “Padre Nuestro” y como vemos a la iglesia primitiva que nació y creció en oración.

3.       Es nuestra responsabilidad anunciar, proclamar el Reino de Dios con y en el poder del Espíritu Santo que hemos recibido. “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” Ro. 14:17.

4.       Es nuestra responsabilidad implementar  el dominio sobre la huestes de las tinieblas  que Cristo realizo en la cruz. (Ef. 1:21; 3:10)

 

Como iglesia local es necesario que captemos esta visión y corramos con ella si no queremos caer en el espíritu de estos tiempos, espíritu individualista y egoísta ocupado en la prosperidad y realización personal.

 

 

 

 

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