EL HOMBRE
ESPIRITUAL Y EL NATURAL, UN CORTO ESTUDIO
1.
La creación y la
intención de Dios
Dios creó al
hombre a su imagen y semejanza. Un ser espiritual con un cuerpo físico, con la capacidad
de razonar y con libre albedrío.
La intención era
que el hombre juzgara la tierra y la llenara con la imagen de Dios (Creced y
multiplicaos). Todo esto por medio de la capacidad de comunión con Dios.
Dios le puso en
un huerto preparado por El mismo que es símbolo de templo y trono, siendo así
el hombre Rey y sacerdote.
Para que el
hombre llegara a su estado de glorificación era necesario que pasara por un
periodo de prueba. La prueba era solo creer la Palabra de Dios y vivir en
obediencia a ella.
2.
Una raza diferente es
engendrada
El hombre no
permanece fiel a Dios y comete fornicación espiritual con la serpiente
produciendo en el hombre “otra semilla” Mat.
13:24-30; 36-43. Con este acontecimiento Satanás se convierte en el
príncipe de este mundo con hijos según su semejanza.
La tentación
consistía fundamentalmente en gobernar independientemente de Dios por medio de
su propio conocimiento y sabiduría. El hombre se convierte en un ser dominado
por la razón y las emociones. Almico, sensual.
Las dos primeras
simientes engendradas (Caín y Abel) dan a entender la buena semilla, espiritual
y la mala semilla, sensual. El homicida desde el principio, Satanás, usa a Caín
para extinguir la simiente espiritual. Principio que continuará por toda la
Biblia, incluso hasta que llega la Simiente.
Dios en gracia y
por Pacto procura nuevamente una simiente por la cual cumplirá su propósito
eterno, Set. La historia de la Biblia es el seguimiento de esta línea y el
conflicto con el reino de las tinieblas.
Por medio de esta
simiente, Dios traerá al Segundo Hombre, que es el Hombre espiritual que
engendrará hijos espirituales. 1Co. 15:
45-50. Isa 53:10-11; Jn. 12:24.
Jesucristo es el
primero, el primogénito, de una Nueva Raza de hombres y mujeres del espíritu.
Ellos han sido engendrados de Dios por medio del Espíritu Santo. Jn. 1:12-13. Jn. 3:6-8; Ti. 3:5; 1Pe.
1:3,23.
Esta es la
simiente que heredará la tierra y gobernará el Paraíso final que vemos en Ap. 21 Coherederos con Cristo.
3.
El Conflicto
El conflicto
interno es que aunque hemos sido engendrados por el Espíritu, en el “Hombre
Interior”, esto es, nuestro espíritu. El Hombre exterior, o el “hombre viejo”
según Pablo ha de ser renovado, transformado, Col. 3:9,10; Ef. 4:22-24.2Co.
3:18; Ga. 4:19.
El conflicto
externo es que al igual que Adán y que Israel estamos en tiempo de
transformación y prueba. Adán fracasó como hijo encargado de gobernar y
extender el paraíso, porque buscó el camino del conocimiento del bien y del mal
independiente de Dios, en lugar del camino del Espíritu, esto es la intuición
espiritual que es el gobierno de Dios por medio de nuestro espíritu.
Del individuo, Adán,
pasamos al corporativo, colectivo Israel, que también es el hijo de Dios (Ex.
4:22) Israel es el nuevo hijo de Dios que recibe la Palabra de Dios para ser un
pueblo de Reyes y sacerdotes. Un pueblo del Espíritu simbolizado por el
bautismo y la resurrección en el Mar Rojo y la segunda generación en el Jordán.
Antes de poseer la Tierra, el Paraíso,
el Reino de Dios, tenían que ser circuncidados. Jos. 5:1ss. Porque la carne, el hombre natural no puede recibir las
cosas de Dios. 1Co. 2:14; 15:10.
La característica
principal de este Paraíso, Reino es que todo es absolutamente dependiente de
Dios. Det. 11:10-15.
¿Qué ocurre
cuando el hombre natural incircunciso quiere producir fruto para Dios? Abraham
produjo a Ismael antes de ser circuncidado y a Isaac, el hijo de la promesa, después
de ser circuncidado. Jesús dice; “…lo que es nacido de la carne, carne es, y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es” Jn.
3:6.
Este pueblo
comenzó en el Espíritu y terminó en la carne. Ju. 21:25. “ …en estos días
no había rey en Israel; cada uno hacía
lo que bien la parecía” Este es un patrón repetitivo en el pueblo de Dios. Gal. 3:3.
El propósito de
Dios era que ese Reino del Espíritu se extendiera por todo el mundo, al igual
que el Paraíso, que tenía un Río para regarlo y luego salía en cuatro brazos (Gen. 2:10) Así también Israel fue
levantado por Dios como pueblo de Reyes y Sacerdotes, nación santa, del
Espíritu, para ser Luz a las naciones. Isa.
49:3-6; Comp. Lc. 2:32; Hch. 13:47; 1Pe. 1:9.
CONCLUSION: Adán fracasa como hombre espiritual capaz de
engendrar según es Espíritu y llenar la tierra de la gloria de Dios. Israel fracasa
como nación espiritual igualmente.
Cristo que es el Nuevo Adán y el Nuevo Israel cumple con el deseo del Padre y
Él es el verdadero y único, el final y cumplido Hombre espiritual capaz de
engendrar espiritualmente y llenar la tierra de la gloria de Dios.
En el próximo
estudio miraremos de cerca a este Hombre del Espíritu. Analizaremos las
diferencias entre el hombre natural y el espiritual y veremos cómo entrar y vivir en el espíritu.
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