MI CAMINO

viernes, 30 de mayo de 2014


EL HOMBRE ESPIRITUAL Y EL NATURAL, UN CORTO ESTUDIO

 

 
 

1.      La creación y la intención de Dios

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Un ser espiritual con un cuerpo físico, con la capacidad de razonar y con libre albedrío.

 

La intención era que el hombre juzgara la tierra y la llenara con la imagen de Dios (Creced y multiplicaos). Todo esto por medio de la capacidad de comunión con Dios.

 

Dios le puso en un huerto preparado por El mismo que es símbolo de templo y trono, siendo así el hombre Rey y sacerdote.  

 

Para que el hombre llegara a su estado de glorificación era necesario que pasara por un periodo de prueba. La prueba era solo creer la Palabra de Dios y vivir en obediencia a ella.

 

2.      Una raza diferente es engendrada

El hombre no permanece fiel a Dios y comete fornicación espiritual con la serpiente produciendo en el hombre “otra semilla” Mat. 13:24-30; 36-43. Con este acontecimiento Satanás se convierte en el príncipe de este mundo con hijos según su semejanza.

 

La tentación consistía fundamentalmente en gobernar independientemente de Dios por medio de su propio conocimiento y sabiduría. El hombre se convierte en un ser dominado por la razón y las emociones. Almico, sensual.

 

Las dos primeras simientes engendradas (Caín y Abel) dan a entender la buena semilla, espiritual y la mala semilla, sensual. El homicida desde el principio, Satanás, usa a Caín para extinguir la simiente espiritual. Principio que continuará por toda la Biblia, incluso hasta que llega la Simiente.

 

Dios en gracia y por Pacto procura nuevamente una simiente por la cual cumplirá su propósito eterno, Set. La historia de la Biblia es el seguimiento de esta línea y el conflicto con el reino de las tinieblas.

Por medio de esta simiente, Dios traerá al Segundo Hombre, que es el Hombre espiritual que engendrará hijos espirituales. 1Co. 15: 45-50. Isa 53:10-11; Jn. 12:24.

 

Jesucristo es el primero, el primogénito, de una Nueva Raza de hombres y mujeres del espíritu. Ellos han sido engendrados de Dios por medio del Espíritu Santo. Jn. 1:12-13. Jn. 3:6-8; Ti. 3:5; 1Pe. 1:3,23.

 

Esta es la simiente que heredará la tierra y gobernará el Paraíso final que vemos en Ap. 21 Coherederos con Cristo.

 

3.      El Conflicto

El conflicto interno es que aunque hemos sido engendrados por el Espíritu, en el “Hombre Interior”, esto es, nuestro espíritu. El Hombre exterior, o el “hombre viejo” según Pablo ha de ser renovado, transformado, Col. 3:9,10; Ef. 4:22-24.2Co. 3:18; Ga. 4:19.

 

El conflicto externo es que al igual que Adán y que Israel estamos en tiempo de transformación y prueba. Adán fracasó como hijo encargado de gobernar y extender el paraíso, porque buscó el camino del conocimiento del bien y del mal independiente de Dios, en lugar del camino del Espíritu, esto es la intuición espiritual que es el gobierno de Dios por medio de nuestro espíritu.

 

Del individuo, Adán, pasamos al corporativo, colectivo Israel, que también es el hijo de Dios (Ex. 4:22) Israel es el nuevo hijo de Dios que recibe la Palabra de Dios para ser un pueblo de Reyes y sacerdotes. Un pueblo del Espíritu simbolizado por el bautismo y la resurrección en el Mar Rojo y la segunda generación en el Jordán.  Antes de poseer la Tierra, el Paraíso, el Reino de Dios, tenían que ser circuncidados. Jos. 5:1ss. Porque la carne, el hombre natural no puede recibir las cosas de Dios. 1Co. 2:14; 15:10.

La característica principal de este Paraíso, Reino es que todo es absolutamente dependiente de Dios. Det. 11:10-15.

 

¿Qué ocurre cuando el hombre natural incircunciso quiere producir fruto para Dios? Abraham produjo a Ismael antes de ser circuncidado y a Isaac, el hijo de la promesa, después de ser circuncidado. Jesús dice; “…lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” Jn. 3:6.

 

Este pueblo comenzó en el Espíritu y terminó en la carne. Ju. 21:25. “ …en estos días no había rey en  Israel; cada uno hacía lo que bien la parecía” Este es un patrón repetitivo en el pueblo de Dios. Gal. 3:3.

 

El propósito de Dios era que ese Reino del Espíritu se extendiera por todo el mundo, al igual que el Paraíso, que tenía un Río para regarlo y luego salía en cuatro brazos (Gen. 2:10) Así también Israel fue levantado por Dios como pueblo de Reyes y Sacerdotes, nación santa, del Espíritu, para ser Luz a las naciones. Isa. 49:3-6; Comp. Lc. 2:32; Hch. 13:47; 1Pe. 1:9.

 

CONCLUSION: Adán fracasa como hombre espiritual capaz de engendrar según es Espíritu y llenar la tierra de la gloria de Dios. Israel fracasa como nación  espiritual igualmente. Cristo que es el Nuevo Adán y el Nuevo Israel cumple con el deseo del Padre y Él es el verdadero y único, el final y cumplido Hombre espiritual capaz de engendrar espiritualmente y llenar la tierra de la gloria de Dios.

 

En el próximo estudio miraremos de cerca a este Hombre del Espíritu. Analizaremos las diferencias entre el hombre natural y el espiritual y veremos cómo entrar  y vivir en el espíritu.

 

 

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