MI CAMINO

martes, 22 de abril de 2014


INTRODUCCIÓN (continuación)

EL PROPOSITO DE ESTE ESTUDIO DE HEBREOS

 

La intención de este estudio no es ir versículo por versículo como si fuera un comentario de la Epístola. Tampoco es hacer un estudio técnico o teológico.

El estudio que haremos será pastoral, porque la epístola es pastoral. En realidad la mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que Hebreos no es una carta, sino que es un sermón escrito y enviado para que se leyera en las congregaciones.

 

La epístola hace un claro llamado a dejar de mirar al Viejo Pacto con sus formas, ritos y sombras para ir adelante, a la perfección por medio del ministerio presente de Cristo como Sumo sacerdote y mediador del Nuevo Pacto. El Antiguo Pacto era un sistema basado en lo físico, lo terrenal como sombra de lo celestial, de la realidad que es espiritual y celestial.

 

Jesús es el Apóstol y precursor de este régimen espiritual. Esto es la causa por la que aquellos especialistas de lo terrenal no le entendieron y le rechazaron acusándole de que iba a destruir el templo, que era el centro litúrgico de lo terreno.

Jesús le dice a la Samaritana que la verdadera adoración al Padre ya no será en templo de la Jerusalén terrenal. Será en el régimen nuevo del Espíritu donde no hay un lugar específico, sino que es en todo lugar donde dos o tres se reúnen en su nombre, que es el verdadero Templo, donde Dios y hombre se encuentran. Jesús es el inaugurador, el autor y consumador de esta fe que ha dejado de mirar a los rudimentos de este mundo para mirar solo a Jesús y su dispensación del Nuevo Pacto por el Espíritu.

 

Todo mensaje o estudio bíblico que no tiene a Cristo (nuestro Sumo Sacerdote) ministrando los beneficios del Nuevo Pacto está descansando en aquellos rudimentos que no pueden hacer perfectos a los que por ellos se acercan porque están descansando en el brazo del hombre.

 

El propósito de este estudio de Hebreos es seguir la línea de pensamiento del autor que es ir a la perfección siguiendo a nuestro precursor y entrar con libertad al lugar Santísimo. Es ahí donde el Cristiano vive con el fin de que todo lo que hacemos o decimo sea ministerio a Dios por Jesucristo.

 

La última exhortación de la epístola es a no desechar al que habla porque viene la remoción de las cosas movibles. Todo lo que no pertenece al reino de lo espiritual y eterno va a ser removido. Según Pablo todo lo que es madera, heno y hojarasca será quemado. Dios ha de remover en nosotros todo lo que es religión e ideas religiosas de hombres.

Aproximadamente dos años después que esta carta fuera escrita el templo y la Jerusalén actual (Ga. 4:25) fueron destruidas. Nosotros somos de la Jerusalén celestial, la ciudad que el verdadero David está edificando y que ha de descender para tabernáculo de Dios entre los hombres. Ap. 21:1ss.

 

Por tanto al igual que el autor, en nuestro estudio iremos haciendo distinción entre lo terrenal y lo celestial. Lo perfecto y lo imperfecto. Entre sombra y realidad. Entre lo Viejo y lo Nuevo. Entre la revelación fragmentaria y la revelación completa (Cristo). Entre obras muertas y reposo. Ente lo temporal y lo eterno.

Estoy seguro que si el Señor nos permite ver y entender estas realidades nuestras vidas van a ser transformadas y no vamos a perder el tiempo escuchando fábulas religiosas y rudimentos del mundo.

 

¡¡La Jerusalén celestial es libre, Aleluya!!

 

jueves, 17 de abril de 2014


HEBREOS

 

INTRODUCCIÓN

 

La epístola a los Hebreos contiene el último mensaje, la última y final Palabra de Dios al hombre. Según veremos  detenidamente más adelante, Dios ha hablado fragmentariamente a los profetas del AT, pero al final de los tiempos nos ha hablado por el Hijo que es la totalidad, el cumplimiento y la consumación de todo lo que Dios tiene que decir al hombre. El mensaje en el Hijo es el mensaje de “una vez y para siempre” Después de este Mensaje solo queda el juicio en la consumación de los tiempos. Por ello el autor nos exhorta diciendo; “Por tanto es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos…. ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” Heb. 2:1-3   

 

Andew Murray en su introducción al comentario de hebreos dice que el estudio de esta epístola es la solución al estado de debilidad en que se encuentra la iglesia actual. En ella encontramos la verdad de que solo un conocimiento pleno y perfecto de quien Cristo es y lo que hace por nosotros puede traernos a una vida cristiana plena y perfecta. El conocimiento de Cristo que necesitamos para la conversión no es suficiente para crecer, progresar, madurar y ser santificados.

 

Cuando leemos los Evangelios y las demás epístolas, básicamente podemos ver lo que Cristo hizo por nosotros. Pero cuando venimos a la epístola de hebreos podemos ver cuál es el ministerio actual de Cristo. El es nuestro Sumo Sacerdote que ha entrado en el Santuario celestial para dispensarnos las bendiciones del Nuevo Pacto del cual Él es mediador. El conocimiento de esta verdad es fundamental para madurar, perseverar y saber como vivir la vida celestial en la tierra.

 

La Epístola va dirigida a cristianos Judíos, posiblemente en Roma, que estaban pasando por persecución (Heb. 10:32,33) aunque no tan sebera (Heb. 12:4) como más adelante vendría bajo Nerón o Diocleciano.  Esto estaba causando que algunos estuvieran pensando volver a las obras muertas de la vieja religión. Otros estaban desanimados (Heb. 12:12) y no se estaban reuniendo con frecuencia (Heb. 10:25) Otros se habían estancado en el crecimiento y no estaban madurando como poseedores de la vida celestial. (Heb. 5:12; 6:1-3). En otras palabras, habían dejado de poner los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

 

El autor de la epístola, el cual se desconoce, presenta siete argumentos, y cuatro exhortaciones. En todos los argumentos destaca a Cristo como superior al ministerio del Antiguo Pacto. Cristo es superior a los ángeles, Moisés, Josué, el sacerdocio de Aarón, el Antiguo Pacto, etc. Basado en estos argumentos de la superioridad de Cristo, el autor exhorta y advierte a no rechazar esta última Palabra de Dios en el Hijo porque ya no queda más sacrificio para aquel que “…pisoteare al Hijo de Dios y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia.” Heb. 10:29.

 

Pero sabemos que este no es nuestro caso ahora, ninguno de nosotros estamos pensando en volver al sacerdocio de Aarón y ni mucho menos a los sacrificios de animales para perdón de pecados. Entonces ¿por qué es pertinente el estudio de esta epístola para el cristiano del siglo XXI?

Yo pienso que el estudio de esta epístola es importante y necesario por las siguientes razones.

 

Muchos cristianos no conocen lo que es vivir en el reposo de Dios ni tampoco saben cómo entrar en este reposo del que habla Hebreos.

 

Muchos cristianos se han estancado en su vida espiritual y por años no progresan. Tienen necesidad de leche y no toleran ni desean el alimento sólido.

Muchos no conocen cual es el ministerio que Cristo está realizando en estos momentos para ellos y por lo tanto no pueden vivir en la libertad y confianza de este ministerio.

 

Muchos cristianos viven aún como si estuvieran bajo el Antiguo Pacto y por lo tanto no le dan  lugar al Espíritu Santo en sus vidas.

 

El cristianismo de hoy en día está siendo cada vez más hedonista. Más homocéntrico y menos Cristocéntrico. Se busca prosperidad, éxito y bendiciones antes que gloria y honra a Dios. Estamos haciendo del cristianismo una religión del alma y del cuerpo en lugar del espíritu como realmente es. Nuestra adoración apela a las emociones y nuestros sermones apelan al intelecto.

 

Muchos cristianos están poniendo demasiado valor, énfasis o importancia  a toda simbología judaica, cuando todo aquello hablaba de lo que había de venir. De tal manera que el autor dice claramente que Dios ha proveído “alguna cosa mejor para nosotros”

 

CONTINUARA……

 

 

 

 

 

 

viernes, 11 de abril de 2014


EL ESTUDIO BIBLICO REQUIERE UNA ACTITUD DE HUMILDAD

En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;(L) y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo,(M) y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. Luc.10:21,22.

Jesús nos enseña que no es el que más sabe y entiende de las Escrituras el que tiene la revelación de Dios y su Cristo. Dios no solo es el Dios que se revela, sino que también es el Dios que se oculta. Dios se oculta de aquellos que adoran su propia sabiduría y conocimiento como aquellos escribas y fariseos a los cuales les hablaba en parábolas para que, “viendo no ven, y oyendo no oye, ni entiendenMat. 13:13.

 

Igualmente nosotros debemos tener cuidado que nuestro estudio bíblico no nos lleve a esa paradoja de ver y no ver, de oír y no entender. No es el conocimiento mental de la Escrituras lo que buscamos, sino la revelación en nuestro espíritu que solo Dios por su Espíritu puede dar. (1Co. 2:6-16)

 

Entonces la pregunta es ¿A quién se revela Dios? O ¿Qué debemos hacer para que el Espíritu nos revele las Escrituras?  Yo sugiero que debemos venir a la Palabra con una actitud de humildad y mansedumbre, como niños. Sabiendo que no sabemos.

Siempre debemos venir en oración “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria nos dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él” Ef. 1:17.

Isaías dice que el Altísimo mora con el quebrantado y humilde para hacer vivir su espíritu y vivificar su corazón. (Isa. 57:15) ¿No es eso lo que buscamos al acercarnos a El por medio de las Escrituras? Por ello es fundamental venir a la Palabra con reverencia y temor porque el salmista dice;  “la comunión intima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto” Sal. 25:14. Me temo que estamos viviendo tiempos en la iglesia donde se está perdiendo el temor y la reverencia. Hemos tomado la gracia con demasiada familiaridad y a  nuestro Padre Celestial como “padrazo” (La definición de padrazo según el diccionario es; “Padre muy cariñoso que siempre trata de complacer a sus hijos”). El concepto de padre en la biblia, en el tiempo y cultura que esta fue escrita no es el concepto actual ni mucho menos, pero eso es otro tema que ahora no estamos tocando.    

 

Una actitud mansa de corazón en el estudio bíblico permitirá que nos pongamos bajo la acción de la Palabra como el buey que es manso se pone bajo la acción del yugo para ser guiado por su amo. Es a estos que Dios se siente libre para revelarse y hacerles conocer su pacto. Dice Juan dice “…muchos creyeron en su nombre…mas el mismo Jesús no se confiaba a sí mismo de ellos, porque él conocía a todos” Jn. 2:23,24 (RV 1900)

 

Quiero terminar con dos versículos tomados del canto de Ana y de María que expresan el mismo pensamiento e ilustra lo que quiero decir con respecto a la actitud de humildad ante el estudio bíblico. Ana dice;  “A los hambrientos colmó de bienes y a los ricos envió vacios” Lc. 1:53. Y Ana dice; “Los saciados se alquilaron por pan, y  los hambrientos dejaron de tener hambre. Hasta la estéril ha dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece.” 1Sam. 2:5.

 

CONCLUSION

Hemos mirado brevemente estos cinco puntos que considero básicos para estudiar la Biblia. Por supuesto que hay muchos otros principios mucho más técnicos como puede ser la exegesis del texto, el contexto gramatical e histórico, etc. Pero para los efectos de los estudios bíblicos que comenzaremos brevemente, estos serán los principios que gobernarán nuestro estudio del libro de Hebreos.

Estudiaremos esta preciosa epístola con la intención de ver a Cristo. Lo haremos bajo el Nuevo Pacto que ya ha sido ratificado. Tomaremos siempre un tiempo  para ponernos bajo la Palabra en la dirección del Espíritu en una actitud humilde y de absoluta confianza en el “Fiador del Pacto”

Sea siempre esta nuestra respuesta a la Palabra de Dios; “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra”  y en esa respuesta el Espíritu Santo vino sobre ella y el poder del Altísimo la cabrío con su sombra, por lo cual el Hijo de Dios fue engendrado en ella. Amen

 

lunes, 7 de abril de 2014

PRINCIPIOS BASICOS DEL ESTUDIO BIBLICO


EL ESTUDIO BIBLICO REQUIERE UNA RESPUESTA DE FE

Cuando aquellos espectadores del acontecimiento de Pentecostés oyeron a Pedro, dicen las Escrituras, que “..Se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y los otros apóstoles; Varones hermanos ¿Qué haremos? Hch. 2:37. El evangelio había sido proclamado y Cristo había sido “…presentado claramente…como crucificado” (Ga.3:1) La respuesta de Pedro fue clara, se requería que dieran un  paso de fe en Jesucristo bautizándose para que recibieran el Espíritu Santo, esto es, el nuevo Soplo de Dios que los haría Nueva Creación en Cristo.

Así comienza la vida cristiana para todos y de igual manera tiene que continuar. Desde el principio hasta el fin ha de ser, como dice Pablo; “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” Ef. 2:8. Cada paso de madurez que damos, cada nueva revelación de Cristo, cada pecado abandonado, cada victoria del enemigo, todo es don de Dios en gracia y fe.

En otro lugar también dice el mismo apóstol; “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, así andad en él” Col. 2:6. ¿Cómo recibimos a Cristo en el principio? Por gracia, por medio de la fe. ¿Cómo debemos proseguir nuestro andar? Por gracia, por medio de la fe.  

 

El cristianismo, a diferencia de otras religiones, no está basado en ética o moralidad. Cristo no murió en la cruz para que fuéramos buenos. Dicho de otra manera; el ser muy bueno no te hace cristiano. Cristo murió en la cruz para que hubiera una permutación radical de naturaleza. El intercambio del Viejo Hombre por el Nuevo Hombre, “creado según Dios…” Ef. 4:24.  Este Nuevo Hombre se va renovando cada día y creciendo “…a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” Ef. 4:13.

Así Pablo ora “…para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones…para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Ef. 3:17,19.  ¡¡”…a Él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús  por todas las edades, por los siglos de los siglos, Amen”!! (v.21)

 

Es por esta razón que el primer punto que traté con respecto al Estudio Bíblico fue que ha de ser absolutamente Cristocéntrico. Hay muchas maneras de leer y estudiar la Biblia. Podemos estudiarla para sacar doctrina, para apoyar nuestra teología, para adquirir conocimiento, para sacar principios de vida. Incluso otros la estudian para enriquecerse y ser prósperos.  Pero Dios quiere que la escudriñemos para ver el testimonio, el mensaje que ellas dan de Cristo. Cuando lo hacemos así, el Espíritu Santo será nuestro intérprete y maestro. Él nos llevará a ver en ellas la gloria del Señor y por el Espíritu seremos transformados, permutados, a su imagen. Tal como dice en 2Co. 3:16-18. “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.  Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

 

Cuando por gracia y por el poder del Espíritu vemos esa imagen gloriosa de Cristo en nosotros, la tomamos con las garras de la fe y la hacemos nuestra y  permanecemos firmes contra toda asechanza del enemigo, y contra toda duda, y como Abraham dando gloria a Dios. Amen

domingo, 6 de abril de 2014


EL ESTUDIO BIBLICO HA DE SER EN ABSOLUTA DEPENDENCIA EN EL ESPIRITU SANTO

En el punto anterior terminé citando Jn. 16:14,15. El Señor está enseñando a sus discípulos acerca del Paracleto que vendría en Su lugar. Una de las muchas funciones que el Consolador tendría era el traer a ellos experimentalmente toda la obra que Cristo había consumado en la Cruz. “EL tomará de lo mí y os lo hará saber” Esto lo podemos ver claramente después de Pentecostés en la manera en que Pedro y los apóstoles predicaron y enseñaron interpretando tan magistralmente las Escrituras del AT. También Pablo mismo dice; “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios… Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 1Co.2:9ss

 

La palabra final de Dios nos vino en el Hijo y es por medio del Espíritu Eterno que esa Palabra es hecha nuestra. Podemos ver por todas la Escrituras que la voluntad y propósito de Dios siempre son cumplidos por medio de Su Palabra y de Su Espíritu.

En la creación misma observamos que Dios dijo y el Espíritu de Dios se movía sobre aquellas tinieblas trayendo luz y vida. Esto mismo lo explica mejor el Salmo 33:6 “…por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.” 

El profeta Ezequiel recibe la visión de la restauración de Israel junto con las naciones bajo el Nuevo Pacto y Nueva Creación. En esta visión nuevamente vemos la palabra y el Espíritu operando juntos produciendo vida. Ez. 37.

En la encarnación el Verbo es hecho carne cuando;  “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra…· Lc. 1:35.

Incluso en el acontecimiento de la Cruz vemos a Cristo (El Verbo) ofreciéndose a Dios mediante el Espíritu eterno. Heb. 9:14.

 

Todo esto para decir que la Palabra de Dios siempre va acompañada del Espíritu porque es palabra de vida. Jesús dijo; “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado  son espíritu y son vida.” Jn. 6:63.

La palabra de Dios es viva y eficaz, es creativa y vivificante, es eterna y no vuelve a él vacía, siempre cumple su propósito y voluntad.

 

Cuando venimos al estudio de la Biblia o a la lectura y meditación de ella debemos de ser conscientes de estos dos aspectos de la actividad del Espíritu Santo. Primero que Él es el que revela, ilumina y nos hace saber la intención de Dios. Segundo que Él es el que vivifica y hace nuestra esa palabra aplicándola al corazón y produciendo el fruto según el propósito divino. Todo esto con el fin de ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, y por tanto llegar a ser nosotros mismos palabra de Dios (en minúscula) como Pablo dice; “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 2Co. 3:3.

A Dios sea la gloria.

 

Estos tres principios que ya he mencionado brevemente sarán los que aplicaremos al estudio Bíblico “Palabra y Espíritu” Daremos el tiempo necesario al Espíritu Santo para que Él nos haga viva la Palabra estudiada. Como George Whitefield dice en su autobiografía que su práctica era leer la Biblia de rodillas y orar por cada palabra y frase si le era posible,, sacando así verdadera comida y bebida para su alma.

 

 

¡¡Que el Señor nos conceda su gracia para esta gloriosa empresa!!

 

 

martes, 1 de abril de 2014


EL ESTUDIO BIBLICO HA DE SER EVANGELIO-CENTRICO (NUEVO PACTO)

En el punto anterior dije que el estudio bíblico ha de ser Cristocéntrico. Esto es, ha de buscar a Cristo en el texto y ha de llevar a Cristo en su aplicación. Cristo es el cumplimiento de la Ley, es la realidad de las sombras del AT. Jesús dice de sí mismo; “Yo soy el camino, la verdad, y la vida” y Juan el Bautista da testimonio de él diciendo; “…la gracia y la verdad vinieron por medio de Él” (Jn. 1: 17; Jn.14:6)  Verdad en cuanto a la realidad. Él es el verdadero Hombre, el verdadero Israel, el verdadero Templo, el verdadero sacrificio, el verdadero Sumo Sacerdote. En Él y solo en Él la Ley de Dios es obedecida y cumplida para todo Hombre. EN El y solo en El habita Dios, como templo, donde el hombre puede orar y adorar, y así podríamos continuar con todas las figuras y  acontecimientos históricos del AT.

 

Ahora bien, este Cristo ya vino, fue crucificad, resucitado y exaltado a la diestra de Dios desde donde envió el Espíritu Santo en el día de pentecostés. Este hecho histórico es fundamental en todo estudio bíblico o sermón. Cuando Él colgaba de la Cruz y antes de entregar su espíritu al Padre dijo; “ …consumado es” Jn. 19:30. La sangre del Nuevo Pacto ha sido derramada y todo lo que se requería para que el hombre fuera reconciliado con Dios y recibiera la promesa del Espíritu fue cumplido. Cincuenta días después de este acontecimiento nace la iglesia por medio del Espíritu y aquellos 120 son una Nueva Creación.

En el primer sermón de la iglesia 3000 personas son añadidas a la Iglesia. Estas personas, al igual que todo cristiano en la historia, entran en el Reino como hijos de Dios a pleno derecho de herencia. Entran Justificados y santificados. Entran aceptados en el Amado. Entran “completos en Cristo” esto es, sin faltarles nada que sea necesario añadir para le vida cristiana. El apóstol Pedro dice;  “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participes de la naturaleza divina…” 2Pe.1:3,4.

 

Un bebé cuando nace sano ya tiene todo lo que necesita para la vida en este planeta. Tiene todos sus órganos y sentidos aunque es necesario el crecimiento y la madurez para que cada órgano se desarrolle con el uso. Pero no es necesario añadirle nada. El cristiano no necesita nada, ya lo tiene todo, ya está completo en Cristo. Por lo tanto el propósito que tiene el Estudio Bíblico es  el de descubrir o revelar al cristiano lo que ya ha recibido por medio del la obra terminada de Cristo y el don del Espíritu. El Cristiano ha entrado en una obra acabada por Dios al igual que Adán entro en el huerto del Edén. Ya estaba todo terminado, el solo tenía que cuidarlo, conservarlo.

 

La oración de Pablo por las iglesias no es que Dios les dé más sino que Dios les revele lo que ya tienen  “de las inescrutables riquezas de Cristo” como dice en Ef. 1:15-20 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,  no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,  alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,  y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,  la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra) en los lugares celestiales”   Igualmente en Ef.. 2:7; 3:17ss; Col. 2:2.

 

Mi corazón me duele cuando veo algunos maestros o predicadores hacer llamados al altar para que los hermanos reciban más humildad o paciencia o amor, u obediencia, o ser más fieles en la oración. Todo basado en el esfuerzo propio, la determinación y la disciplina. Para mí esto no son Buenas Nuevas de gran gozo. Esto es poner cargas que nadie puede llevar. El Señor llama  a los cargados y cansados que vengan a  él y reciban descanso para sus almas. Mat. 11:28,29.

Quiero poner un ejemplo que estoy seguro  muchos se identificaran con él.  Muchos de nosotros hemos sentido culpabilidad al pensar en nuestra vida de oración. Quizás no oramos lo suficiente y nos compramos un libro de oración o una biografía de un gigante de la oración. Aprendemos de del escritor o del gigante ciertas disciplinas y nos proponemos a toda costa de mejorar nuestra vida de oración. No es necesario que pase mucho tiempo para que nos veamos fracasados y nos sintamos más condenados que cuando empezamos nuestra empresa. ¿Cuál es la solución? ¿Volverlo a intentar? ¿Leer más libros de oración? ¿Responder al llamado del altar una y otra vez? No, porque mientras estamos en condenación y mala conciencia nunca podremos levantarnos de nuestra condición.

 

Lo primero que tenemos que saber es que “No hay condenación para los que están en Cristo Jesús” porque Cristo no solo nos salvó por medio de su muerte, sino que también nos salvo por medio de su vida. Cuando entiendo que Su vida de oración perfecta, completa y agradable al Padre, que siempre le escucha. Esa vida de oración es mía por la gracia de la Justificación. El Siguiente paso es saber que Él me ha dado oración por medio del  Espíritu  de adopción que clama Abba Padre. Por  último en humildad y acción de gracias recibo por la fe esa vida de oración que no siendo mía me ha sido concedida por el Padre.

 

Concluyendo este punto quiero subrayar que la verdadera enseñanza bíblica ha de tener como fundamento el Evangelio de Gracia (el Nuevo Pacto, La Nueva Creación, El Reino que se ha acercado)como obra de Cristo consumada,  traída a nosotros por el Espíritu de Gracia y recibida en fe y acción de gracias.

“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso os dije que tomará de lo mío y os lo hará saber” Jn. 16:14,15.