MI CAMINO

jueves, 17 de abril de 2014


HEBREOS

 

INTRODUCCIÓN

 

La epístola a los Hebreos contiene el último mensaje, la última y final Palabra de Dios al hombre. Según veremos  detenidamente más adelante, Dios ha hablado fragmentariamente a los profetas del AT, pero al final de los tiempos nos ha hablado por el Hijo que es la totalidad, el cumplimiento y la consumación de todo lo que Dios tiene que decir al hombre. El mensaje en el Hijo es el mensaje de “una vez y para siempre” Después de este Mensaje solo queda el juicio en la consumación de los tiempos. Por ello el autor nos exhorta diciendo; “Por tanto es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos…. ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” Heb. 2:1-3   

 

Andew Murray en su introducción al comentario de hebreos dice que el estudio de esta epístola es la solución al estado de debilidad en que se encuentra la iglesia actual. En ella encontramos la verdad de que solo un conocimiento pleno y perfecto de quien Cristo es y lo que hace por nosotros puede traernos a una vida cristiana plena y perfecta. El conocimiento de Cristo que necesitamos para la conversión no es suficiente para crecer, progresar, madurar y ser santificados.

 

Cuando leemos los Evangelios y las demás epístolas, básicamente podemos ver lo que Cristo hizo por nosotros. Pero cuando venimos a la epístola de hebreos podemos ver cuál es el ministerio actual de Cristo. El es nuestro Sumo Sacerdote que ha entrado en el Santuario celestial para dispensarnos las bendiciones del Nuevo Pacto del cual Él es mediador. El conocimiento de esta verdad es fundamental para madurar, perseverar y saber como vivir la vida celestial en la tierra.

 

La Epístola va dirigida a cristianos Judíos, posiblemente en Roma, que estaban pasando por persecución (Heb. 10:32,33) aunque no tan sebera (Heb. 12:4) como más adelante vendría bajo Nerón o Diocleciano.  Esto estaba causando que algunos estuvieran pensando volver a las obras muertas de la vieja religión. Otros estaban desanimados (Heb. 12:12) y no se estaban reuniendo con frecuencia (Heb. 10:25) Otros se habían estancado en el crecimiento y no estaban madurando como poseedores de la vida celestial. (Heb. 5:12; 6:1-3). En otras palabras, habían dejado de poner los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

 

El autor de la epístola, el cual se desconoce, presenta siete argumentos, y cuatro exhortaciones. En todos los argumentos destaca a Cristo como superior al ministerio del Antiguo Pacto. Cristo es superior a los ángeles, Moisés, Josué, el sacerdocio de Aarón, el Antiguo Pacto, etc. Basado en estos argumentos de la superioridad de Cristo, el autor exhorta y advierte a no rechazar esta última Palabra de Dios en el Hijo porque ya no queda más sacrificio para aquel que “…pisoteare al Hijo de Dios y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia.” Heb. 10:29.

 

Pero sabemos que este no es nuestro caso ahora, ninguno de nosotros estamos pensando en volver al sacerdocio de Aarón y ni mucho menos a los sacrificios de animales para perdón de pecados. Entonces ¿por qué es pertinente el estudio de esta epístola para el cristiano del siglo XXI?

Yo pienso que el estudio de esta epístola es importante y necesario por las siguientes razones.

 

Muchos cristianos no conocen lo que es vivir en el reposo de Dios ni tampoco saben cómo entrar en este reposo del que habla Hebreos.

 

Muchos cristianos se han estancado en su vida espiritual y por años no progresan. Tienen necesidad de leche y no toleran ni desean el alimento sólido.

Muchos no conocen cual es el ministerio que Cristo está realizando en estos momentos para ellos y por lo tanto no pueden vivir en la libertad y confianza de este ministerio.

 

Muchos cristianos viven aún como si estuvieran bajo el Antiguo Pacto y por lo tanto no le dan  lugar al Espíritu Santo en sus vidas.

 

El cristianismo de hoy en día está siendo cada vez más hedonista. Más homocéntrico y menos Cristocéntrico. Se busca prosperidad, éxito y bendiciones antes que gloria y honra a Dios. Estamos haciendo del cristianismo una religión del alma y del cuerpo en lugar del espíritu como realmente es. Nuestra adoración apela a las emociones y nuestros sermones apelan al intelecto.

 

Muchos cristianos están poniendo demasiado valor, énfasis o importancia  a toda simbología judaica, cuando todo aquello hablaba de lo que había de venir. De tal manera que el autor dice claramente que Dios ha proveído “alguna cosa mejor para nosotros”

 

CONTINUARA……

 

 

 

 

 

 

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