HEBREOS
INTRODUCCIÓN
La epístola a los
Hebreos contiene el último mensaje, la última y final Palabra de Dios al
hombre. Según veremos detenidamente más
adelante, Dios ha hablado fragmentariamente a los profetas del AT, pero al
final de los tiempos nos ha hablado por el Hijo que es la totalidad, el
cumplimiento y la consumación de todo lo que Dios tiene que decir al hombre. El
mensaje en el Hijo es el mensaje de “una vez y para siempre” Después de este
Mensaje solo queda el juicio en la consumación de los tiempos. Por ello el
autor nos exhorta diciendo; “Por tanto es
necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea
que nos deslicemos…. ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación
tan grande?” Heb. 2:1-3
Andew Murray en
su introducción al comentario de hebreos dice que el estudio de esta epístola
es la solución al estado de debilidad en que se encuentra la iglesia actual. En
ella encontramos la verdad de que solo un conocimiento pleno y perfecto de
quien Cristo es y lo que hace por nosotros puede traernos a una vida cristiana
plena y perfecta. El conocimiento de Cristo que necesitamos para la conversión
no es suficiente para crecer, progresar, madurar y ser santificados.
Cuando leemos los
Evangelios y las demás epístolas, básicamente podemos ver lo que Cristo hizo
por nosotros. Pero cuando venimos a la epístola de hebreos podemos ver cuál es
el ministerio actual de Cristo. El es nuestro Sumo Sacerdote que ha entrado en
el Santuario celestial para dispensarnos las bendiciones del Nuevo Pacto del
cual Él es mediador. El conocimiento de esta verdad es fundamental para
madurar, perseverar y saber como vivir la vida celestial en la tierra.
La Epístola va
dirigida a cristianos Judíos, posiblemente en Roma, que estaban pasando por
persecución (Heb. 10:32,33) aunque no tan sebera (Heb. 12:4) como más adelante
vendría bajo Nerón o Diocleciano. Esto
estaba causando que algunos estuvieran pensando volver a las obras muertas de
la vieja religión. Otros estaban desanimados (Heb. 12:12) y no se estaban
reuniendo con frecuencia (Heb. 10:25) Otros se habían estancado en el
crecimiento y no estaban madurando como poseedores de la vida celestial. (Heb.
5:12; 6:1-3). En otras palabras, habían dejado de poner los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe.
El autor de la
epístola, el cual se desconoce, presenta siete argumentos, y cuatro
exhortaciones. En todos los argumentos destaca a Cristo como superior al
ministerio del Antiguo Pacto. Cristo es superior a los ángeles, Moisés, Josué,
el sacerdocio de Aarón, el Antiguo Pacto, etc. Basado en estos argumentos de la
superioridad de Cristo, el autor exhorta y advierte a no rechazar esta última
Palabra de Dios en el Hijo porque ya no queda más sacrificio para aquel que “…pisoteare al Hijo de Dios y tuviere por
inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al
Espíritu de gracia.” Heb. 10:29.
Pero sabemos que
este no es nuestro caso ahora, ninguno de nosotros estamos pensando en volver
al sacerdocio de Aarón y ni mucho menos a los sacrificios de animales para
perdón de pecados. Entonces ¿por qué es pertinente el estudio de esta epístola para
el cristiano del siglo XXI?
Yo pienso que el
estudio de esta epístola es importante y necesario por las siguientes razones.
Muchos cristianos
no conocen lo que es vivir en el reposo de Dios ni tampoco saben cómo entrar en
este reposo del que habla Hebreos.
Muchos cristianos
se han estancado en su vida espiritual y por años no progresan. Tienen
necesidad de leche y no toleran ni desean el alimento sólido.
Muchos no conocen
cual es el ministerio que Cristo está realizando en estos momentos para ellos y
por lo tanto no pueden vivir en la libertad y confianza de este ministerio.
Muchos cristianos
viven aún como si estuvieran bajo el Antiguo Pacto y por lo tanto no le dan lugar al Espíritu Santo en sus vidas.
El cristianismo
de hoy en día está siendo cada vez más hedonista. Más homocéntrico y menos Cristocéntrico.
Se busca prosperidad, éxito y bendiciones antes que gloria y honra a Dios.
Estamos haciendo del cristianismo una religión del alma y del cuerpo en lugar
del espíritu como realmente es. Nuestra adoración apela a las emociones y
nuestros sermones apelan al intelecto.
Muchos cristianos
están poniendo demasiado valor, énfasis o importancia a toda simbología judaica, cuando todo aquello
hablaba de lo que había de venir. De tal manera que el autor dice claramente
que Dios ha proveído “alguna cosa mejor para nosotros”
CONTINUARA……
No hay comentarios:
Publicar un comentario